martes, noviembre 29, 2005

El wall paper de este Blog me encanta, pero si alguien me dice que las tres bochas de acá arriba le hacen acordar a TE LE FE, me pego un tiro. ¿No me irían cargando el rifle?

sábado, noviembre 26, 2005

Bricomaníaca


Estábamos desayunando en ese hotel de cuarta. Las viejas de la otra mesa se fueron dejando la tele prendida. Yo me descargaba con Luciano y Luciana. Después él fue a avisarle a Mariano que ya era hora de entregar las llaves y nosotras nos quedamos en silencio, un poco taciturnas (meditabajas y cabisbundas). Mirábamos las botellas añejas de una vitrina polvorienta y de un par de estanterías. Unos vinachos blancos que ya estaban pardos, acompañados de un par de pingüinos, tres copas de plata que a ella le parecían horribles, y una infaltable y mustia tortuguita de porcelana. Nos llegaban palabras como “sisa” y “hervor”. Utilísima. Recordé que en una época yo tuve en el balcón un jardín que era mi orgullo. Ahora tengo una selva enmarañada completamente llena de yuyos. Recordé que me obsesionaban tanto las plantas que no podía pasar ni una noche fuera de casa porque ¿entonces quién las iba a regar?. Recordé que le hice a Castillo una lámpara de papel maché que cuando todo el mundo la veía se quedaba mudo. Recordé que entonces había dejado la facultad y que Mónica me insistía para que volviera y que cuánto más presionada me sentía, más ganas me daban de no volver nunca, de no ir jamás en mi vida a un puto congreso y de ser una brishante ama de casa, así como las de antes. Me apoderé del control [remoto] y cambié de canal. Reapareció Luciano y los tres nos fuimos a escuchar a Sazbón.

El reino del revés

AFRA 2005. Fui por un par de días amiga de mis enemigos y enemiga de mis amigos. Yo me pregunto por qué.

jueves, noviembre 24, 2005

Rosario fantasy

Euforia de congreso, almuerzo con "la gente" como si todos fuéramos amigos. Y sí, al natu. Mariano tiene puesta la corbata que compró cuando trabajábamos en el call center. Hoy peleamos bastante. Fue un día de escenitas y reclamos; preguntale.
Edgardo Castro habló de Agamben y de la potencia del no, que no es lo mismo que la impotencia. La potencia de no hacer algo. Esti, a la mañana, un poco de Merleau. Ambos un éxito. Y nosotros también. Marilyns, pero lo cierto es que sí, nos sentimos como peces en el equis. Le dedicamos el texto a dos figuras de oro: Tim Burton y Paula Fleisner.
Lamento que Mónica se haya ido, me hubiera encantado pasear por la barranca, como se dice acá, con ella. Es una ciudad divina, casi no la recordaba. Los árboles, el río, las calles, todo. (Y me quedo corta, puesto que todo no puede inventariarse sin disminuirse...). E tenía razón: nunca voy a perdonarme haber dejado la cámara. (Sí, amor, soy una testaruda).

viernes, noviembre 11, 2005

Sueños

Hace unos meses le regalé a E un librito de Sylvia Plath. Esa tarde fuimos muy felices, primero almorzando en Lelé y después paseando por el Jardín Japonés (entre paréntesis, de hoy al lunes, expo de orquídeas-fantasía). Volvimos cansados. Baño y a leer a la cama.

Fascinado con su chiche nuevo no lo soltaba un segundo. La edición incluía una cronología donde se describían las últimas horas de la sufriente rubia: les llevó a sus hijos sendos jarritos de leche caliente y pan con manteca; luego se encerró en la cocina, abrió la llave del gas y la puerta del horno, y adiós, esto ha sido todo. Aun estaba tibia cuando la encontraron.

Aunque yo ya conocía la anécdota, recordarla no dejó de perturbarme. Pobre Sylvia. Logré sacárselo de las manos y busqué algunos poemas, indagando más en mi memoria que en el libro. Encontré uno de mis favoritos, “The rival”, y lo leí en voz alta. Es increíble que incluso traducido sea increíble. Te amamos, Sylvia. Particularmente, daría muchas cosas de esas que siempre considero tan importantes, por la oportunidad de consolarte.

Una semana después nos sorprendió la noche discutiendo y luego de algunos malentendidos, volví a mi casa sola, con pensamientos horribles. Confío en que el Dios de las muchachas tristes no me dejará reventar... Se me ocurrió llamar a mis amigos, pero la verdad es que no tenía ganas de ver a nadie. Me saqué los lentes y a la cama, sorpresivamente exhausta. Muchas veces me pasa eso cuando estoy triste: se me cierran los ojos, se me apaga el sistema, supongo que para evadirme.

Me dormí de inmediato y soñé con Ted Hughes. En medio de una pelea horrible, yo le reprochaba su actitud para con Sylvia. ¿Por qué la había traicionado? ¿Cómo había podido ser tan cruel e insensible? Él me respondía que yo no era quién ni para juzgarlo ni para incriminarlo porque precisamente conmigo la había engañado. Enloquecí y salí corriendo desesperada. Corría y corría como Forrest hasta que me atropellaba un auto.

Me despertó el ruido de la bocina, que poco a poco se fue transformando en otro: el de mi celular. Era E. ¿Estabas dormida? –me preguntó. Contesté que no, que sólo descansaba. ¿Por qué le mentí? Me sentía culpable, culpable de haberlos traicionado a él y a Sylvia.

jueves, noviembre 10, 2005

Reencuentro


¿Quién llega mañana? Sííííííí!!!!!!!

miércoles, noviembre 09, 2005

Costicismo

Nunca es demasiado y demasiado no es suficiente.

viernes, noviembre 04, 2005

Ser no ser Blogger

Cada día agrego más Blogs a la lista de favoritos. Y aunque no postee demasiado, pienso casi todo el tiempo en cosas que me gustaría escribir y tengo siempre cerca una libretita en la que anoto las ideas bloggeriles que van surgiendo mientras me dedico a mis otras actividades. Quiero decir, a las que pueden llevarse a cabo en automático: cuando me baño, o cuando entreno, o en el colectivo, o las poquísimas veces que cocino. De hecho, tengo unas cuantos textitos bastante avanzados, a los que sólo les falta el cierre para aparecer acá. También pienso en los puteríos que me gustaría agregarle a mi Blog: fondos, links, categorías que agrupen por tema las entradas... Según E, este espacio se convirtió en “una de mis obsesiones creativas”.

Con MD hablamos bastante de Blogs, de los que leemos y de lo que escribimos. Y si estamos en su casa o la mía chequeamos a cada rato las novedades. Jose nos escucha con los ojos en blanco. A él no le gustan para nada. Dice que no sabe por qué, pero que el género le provoca una mezcla de indiferencia y rechazo. Entonces MD y yo lo torturamos haciéndole creer que posteamos cosas terribles sobre él, intimidades, ¡y mentiras!; que aprovechamos que no nos lee para difamarlo y para divulgar sus secretos. Le decimos también que le vamos a tomar examen. Las preguntas serían, por ejemplo: ¿qué problemáticas plantea Naughty Bits el sábado 20 de Septiembre del 2003?. No parece una prueba difícil, pero atenti: lo mismo que en la vida real, siempre pueden bocharte por no leer a los comentadores.

Desorientadas

Mi abuela (87) me llama y me dice que fue a una librería de Adrogué a comprar “mi libro” (?) pero que no lo tenían. Le pregunto qué libro. Me contesta que La razón de los animales. Y agrega: “vos dijiste que había que comprarlo”. ¿Cómo...? Supongo que se refiere al artículo sobre los derechos de los animales.

E: –No, Yaya, no podés pedirlo así, como si fuese mío.
Y: –¿Por qué? ¿Usaste un seudónimo?
E: – ¡!... No, en realidad es de mi profesora. Yo sólo publiqué un artículo.
Y: –Ahhhh... [bastante decepcionada]. No importa, igual dijeron que no lo iban a tener, que hay que buscarlo en las librerías grandes...
E: –Claro...
Y: –Pero...
E: –¿Qué?
Y: –Que yo lo quiero...
E: –Bueno, no te preocupes, yo te lo compro el martes cuando vaya a la Facu.
Y: –¿En serio?
E: –Sí.
Y: –¿Y cuánto sale?
E: –Veinte pesos, pero yo te lo regalo. Y además te lo dedico.
Y: –¡Ay! ¡Gracias! ¿Vos vas a empezar a cobrar cuando el libro se venda?
E: –No, Yaya, nunca voy a cobrar por eso.
Y: –¿Entonces para qué lo escribiste?
E: –...!
Y: –¿Me podés traer también alguno de los otros?
E: –¿Qué otros?
Y: –Los otros...
E: –...
Y: – ...de los animales...
E: –¿Querés decir El Libro de la Selva?
Y: –Sí, ese.
E: –Pero ese tampoco es mío. Es una adaptación que hice para los chicos que van a la primaria.
Y: –Al final no escribiste nada.

The others

¿Vieron a esa gente que cuando tiene que hacer algo, en lugar de dar mil vueltas, va y lo hace? Qué envidia...

miércoles, noviembre 02, 2005

Para convertirse en Roberto Carlos

La única forma de hacer [un millón de] amigos es al natu. Supongo que es así porque la espontaneidad –condición para que el vínculo fluya con éxito– es una de las pocas cosas que no pueden ni fingirse ni premeditarse.

Preguntale a Jean Webster

Desde que mi Jefe se cambió de sección estoy completamente perdida en el suplemento. Ahora nunca sé en que momento voy a cobrar ni qué me están pagando ni cuándo van a publicar mis notas. Hoy les mandé varios mensajes tratando de descubrir cómo viene la mano. Nadie me los respondió. Qué fastidio.

Mi Jefe era de oro puro. Cuando entré al diario atravesaba un momento bastante perfilbajista y me sentía insegura, pero su buen humor me rescató de inmediato. Como durante algún tiempo no nos conocimos en persona sino que nos comunicábamos por teléfono o por mail, yo le decía Papaíto Piernas Largas.

Es de esa clase de gente con la que la conexión se genera desde el primer párrafo. Siempre tenía un juego de palabras para regalarme, y aprendí mucho de él, que me enseñaba los secretos del oficio con infinita paciencia. Y cuando lo del Call se cayó, me consiguió otro trabajo en el que estuve un año hasta que me pudrí. Era bastante osama esa oficina, ¡pero qué fantasía que el Jefe me recomendara!.

También solíamos hablar de perfumes, de Maxwell Smart y La 99, de Bob Esponja y de música. Una vez me mandó un temazo de Nancy Sinatra que escuché en repet larguísimos días... ¡Oh, Guillermo Allerand, por qué me has abandonado!

Sacrílega

Tema nuevo de Madonna... ¿Tengo que volver a escucharlo o no me gusta?

martes, noviembre 01, 2005

Dedíqueselo

Enorme alegría encontrar tus coments y enterarme de que me estás leyendo. Aunque últimamente casi no hagamos otra cosa que pelear, sabés cuánto te quiero. Y plis no seas tan duro y exigente conmigo, porque también sabés muy bien cómo la estoy remando desde hace unos cuantos años para salir de la sartén. Decimos: gracias a toda esa gente que hizo lo suyo para abrirme los ojos, cerrados durante tanto tiempo por absurdas convicciones. Estás en la lista, obvio. No me traigas nada de Río, con verte sobra.