miércoles, noviembre 15, 2006

Mucho más mosquito que dragón

Si no escribo es porque la vida me pasa el trapo, mal. No es que me pasen cosas peores que las que les pasan a los demás, no es tampoco que esté más ocupada, con problemas más serios. Más bien todo lo contrario. Tengo, en el mejor de los casos, los mismos obstáculos mediocres que el resto del mundo. Pero no sé enfrentarlos. En esto tampoco soy original: son pocos los que pueden organizarse, los que toman el chupetín por el palito, los que hacen lo que les conviene en serio, lo que verdaderamente quieren hacer.

Por eso no es escribo. Podría decir que es porque no tengo tiempo pero mentiría. Siempre hay tiempo para perder. La cuestión es que ese tiempo, precisamente, es por definición aquello de lo que no se dispone. Si pudiera decidir en qué perder o malgastar mi tiempo, entonces no lo estaría perdiendo, lo estaría usando mal o bien. En esa pérdida hay una fuerza que trabaja en determina dirección, pero no es la de la voluntad consciente, sino que opera la desapropiación.

No es que yo no reflexione sobre estas cosas. Lo hago casi todo el día. Lo que no puedo es encontrar el momento de sentarme a escribirlas, articular las estupideces que pienso en un post concreto. Por eso no publico. Hay que pensar en estas cuestiones. La gente lo hace sin descanso en sus blogs. Allí se les reprocha que sólo se ocupan de sí mismos. Se les reprocha el haber creado un espacio narcisista, completamente dedicado al despliegue de su propia y desbordada subjetividad. Las opciones que se ofrecen a la primer mirada, las que se dan de inmediato en cualquier fugaz recorrida por la red, parecen ser dos: el blog de crítica, serio y comprometido, o la práctica onanista del diario íntimo, donde los blogers “cuentan sus cositas”.

Yo me pregunto si lo insignificante no es en definitiva todo lo que existe. Quiero decir que siempre hay algo muy chiquito debajo de cada gran medalla. ¿Cuándo las grandes cosas, los temas importantes, dejan de ser las miserias egoístas de cada cual? Ya sé, ya sé, Auschwitz, las guerras, los desaparecidos y tres páginas de etcéteras. Pero dónde, que alguien me diga dónde, los que se preocupan por eso dejan de preocuparse por su propio sufrimiento, por sus propios derechos, por su propio dolor. Con esto no le estoy restando relevancia a nada. Nadie puede juzgar el dolor de los demás, ni mucho menos descalificarlo, sea del tipo que sea. Lo que me intriga es: ¿nos ponemos a lidiar con estas problemáticas porque queremos ser mejores para quién?

El otro día, en clase, se dijo que para nosotros mismos. Que Nietzsche, por ejemplo, hace una crítica de la hominización (proceso progresivo de diferenciación del animal, entre otras menudencias) porque lo que en última instancia le interesa es el devenir del hombre. No sé. Si bien es cierto que salvo Yuri y Dmitri, los animales no se entretienen mucho leyendo al amigo Federico, no es menos cierto que Zarathustra fracasa en su intento de encontrar discípulos humanos. Al final, sólo quedan la bandada de pájaros y el león riente. ¿Hay que reconducir esas figuras, de nuevo, hacia el ámbito del sujeto por más agiornado que se lo plantee? ¿Hay que hacer una lectura simbólica de las bestias del Zarathustra? ¿Hay que pensar así al superhombre?

Me dicen que yo no entiendo. Que la subjetividad es abierta, y que en tanto tal ya contiene a lo otro, a lo diferente. Por supuesto: estamos atravesados por múltiples fuerzas y somos el afuera. Pero no estamos atravesados por todas las fuerzas. Hay algo más. El problema de la animalidad en el hombre no es lo mismo que el problema del animal. No es lo mismo, chicos, por favor.

Y claro, peleamos. Pero yo no tengo ni mucha voz ni mucho voto en ese lugar. Y vengo perdiendo poder retórico. Entonces me fastidio y me callo, indignada. Veo en esa posición una vuelta a lo mismo que me convulsiona, veo el peligro de la total homologación. Se supone que estoy tratando de pensar de qué modo me involucran estas cuestiones, que intento pensar lo otro como otro de verdad. ¿Pero por qué? Si quiero ser mejor (que el Hombre sea mejor) no es también por egoísmo? ¿El altruismo no es acaso un egoísmo enmascarado?

No sé. Llena la blogósfera de gente que denuncia a kosiuko pero sigue calzando nikes hechas con piel de feto sacado de embarazada asesinada para tal fin; llenos los seminarios de gente que, como nosotros, se dedica a la alteridad desde una perspectiva ética, pero que en cuanto te das vuelta te clava un puñal.

Cuando yo me quejo E me dice que así es el mundo. Somos seres violentos. Así hemos sido desde siempre. Nos gusta la violencia. Equis. A veces me pongo a despotricar porque los niños son crueles con los animales. En Adrogué, por ejemplo, los varones trabajan mucho la gomera. Tengo un primo que de chico se entretenía sacándole los ojos a los gorriones. Si me habré agarrado a las piñas con Marcelo… Me acuerdo y me dan ganas de llorar. Los padres lo observaban hacer, impasibles. Qué hijos de re mil puta. E insiste con que en un punto está bien, que es parte de nuestra naturaleza, de nuestra particular animalidad. Yo me quejo, me fastidio, me enojo, dejo de discutir, me indigno, me callo …pero soy igual a los demás. El jueves pasado, en el susodicho seminario, volaron puñales gratuitos. Éramos cuatro o cinco cuando la agresividad se desató con brutal evidencia ante nuestras caras, sin que ninguno dijera ni mu. La triste realidad es que yo, (¡ay!), cómo lo disfruté. No hay argumentos para pelear contra todo esto.

martes, noviembre 14, 2006

Estúpida

A dos meses de cumplir 32 no podés seguir llorando con The Nanny.

lunes, septiembre 25, 2006

La virtud que hace regalos

Y después del segundo capuchino Zarathustra dijo: “los besos no se piden, se dan”.

martes, septiembre 19, 2006

Consideraciones acerca de lo trágico

Ariel interpreta mi post sobre el llanto como una propuesta. “Tal vez haga un intento –me dice-, y me dedique a ver el costado trágico de todo y me redima por todos estos años de sequía”.

Aunque todos sabemos que el mundo es una mierda, no se trata de concentrarse en eso como quien hace un ejercicio de teatro apelando a la memoria emotiva. No. Justamente porque todo es terrible, es que hay que ponerle buena voluntad con mucha garra, hay que ser militante del estado de ánimo. Sí, el humor es uno de los postulados de mi ética. El famoso “al mal tiempo, cara de aspirineta”. Coca Cola tiene razón, “la vida es como te la tomás”. No digo conformase, no digo no darle batalla a las injusticias; digo no pelearte con el mundo, no volverte un resentido. Elegir la segunda opción equivale a darte por vencido y entonces, para ser consecuente, estás obligado a cargar el rifle. ¡Si no podés ser feliz pegate un tiro y no andes amargando a los demás!

Ese es mi discurso combate-maricones (¡salud, Juan Quintero!). Los maricones son los que no pueden dejar de comprometerse con los vasos medio vacíos, los que se aferran al sufrimiento, indiferentes a la belleza que también existe y nos rodea. Sin embargo, a pesar de esta diatriba antiderrotismo, sé que algunas veces lo trágico te asalta de pronto. Te agarra distraído, vulnerable, y te toma. Cuantas veces una noticia inesperada y triste o el espectáculo de la realidad más cruda te saca por completo de quicio. Lo trágico te ubica en otra parte, desde donde la perspectiva es muy distinta, y comenzás a ver dolor por todos lados. Como si te dieran la punta de un ovillo del que te resultara imposible no tirar, desenvolviendo de a poco todas las miserias de la vida en tu cabeza. Las verdaderas miserias, no las miserias medio pelo, como las mías, que son las de los cobardes. Subís al subte y te concentrás, una a una, en las caras de la gente sentada enfrente: él sufre, ella no es feliz, él no soporta su vida, ella sufre, ella está alienda, ella odeada, él sufre.

Probablemente esta visión trágica no sea más que el efecto de un tropiezo de la propia sensiblidad, que pega como la merca o el alcohol (quizás por eso los merqueros se ponen solemnes y los borrachos quiebran). Por lo general creo, quiero suponer, que se pueden hacer muchas cosas. Cosas lindas, cosas que generen felicidad, géiseres de energía blanca. Pero en ciertos casos, antes de arremangarme necesito putear, y un rato largo de llanto.

jueves, septiembre 14, 2006

Master

Cobrar poco pero trabajar con amigos, sigue siendo negocio.

Ratearte con el jefe un día de sol, no tiene precio.


*Que conste en actas que estábamos varados sin nada que hacer. Te quiero, V. Mejorate pronto!

miércoles, septiembre 13, 2006

Date vuelta llorando

Las minit somos todas un poco mariconas. Lágrima fácil, y nos encanta. Poneme un capítulo de La Familia Ingalls y después te cuento. Aunque detesto a los Ingalls, igual me quiebran. A las chicas, medio que cualquier cosa nos quiebra, ¿no? Mucha proyecciónch. Recuerdo ahora una vez. Estaba en Descalabrini –la vieja casa de TT– con su antiguo marido, mirando capítulos de una de las últimas temporadas de Friends. TT cocinaba arroz con brócoli y nosotros nos matábamos con la seguidilla de chapters. Primero se me cayó una lagrimita tímida. De soslayo el Vaga la miró resbalar. Comprendo que fue raro porque se suponía que era un segmento gracioso. Pero justo por eso me conmovió: por la complicidad de los personajes, porque se quieren tanto, por su felicidad de vida cotidiana. Entonces ya no pude contenerme ni lo intenté y de un momento a otro comencé a llorar descontroladamente. El Vaga se asustó. Me preguntó si me pasaba algo, si estaba bien. Yo seguí con lo mío hasta que apagamos la tele. No tenía sentido interrumpir la sesión catártica para explicarle. Además, él vivía con una chica, y con una que vaya si llora, tenía que saber. Y si no comprendía, bueno… Imposible reponer los mil presupuestos de la psicología femenina en el transcurso de una tanda publicitaria; imposible lograr lo que TT no había conseguido durante diez años de convivio. Depués me dijo que algo andaba mal, que nadie puede llorar de esa manera sólo por una serie cómica, que eso es claramente síntoma de otra cosa. En fin. Cenamos los tres y me fui taaaaan relajada. Como al salir de una sesión de masajes. Iba en el taxi pensando: “tengo que hacer esto más seguido”.

Con los chicos tenemos una frase que resume unas cuantas sensaciones referentes a esas circunstancias en las que uno se retira derrotado. No hablo de furia sino de la tristeza húmeda con la que terminan algunos días sombríos. “A dormir llorando”. Congestión y almohada mojada. De a poco vas entrando a otra dimensión. El ritmo de los pensamientos cambia, quizás hasta consigas aceptar lo que te pasa. A veces la vida es terrible pero me dejo llevar por la cadencia lenta de las lágrimas que se hacen cada vez más esporádicas. Con ellas va llegando el sueño y voy entrando en su lógica. Finalmente, el sueño me salva.

El plan que quería repetir no era ese, por supuesto, si no el de la descarga violenta. Alquilar E.T. y llorar las tres horas seguidas sin parar. Llorar hasta llegar al otro lado del llanto.

jueves, agosto 31, 2006

¿Vamos?

Quisiera ir con Ariel S., y con Lau salas, y con Mariano, pero él va a estar con TT, que hace de hada de Avalon en otro evento, y Jean Paul está en clase, bu. Que también venga Mariana, mi cuñadita, si no trabaja a esa hora. Oculto tampoco debería faltar. ¿Quién más se prende?

martes, agosto 08, 2006

Retroceder nunca; imponerse, jamás

De adolescente me rateaba con mis compañeros para ir a los videos. Cuando se me terminaba la plata podía pasar unas cuantas horas mirando en silencio como jugaban los demás. Mi favorito fue siempre el Tetris. Tuve otros vicios como el Arkanoid o el Sokobane e incluso el Buscaminas, pero mi verdadera perdición fue siempre el Tetris. Soy de esas que no pueden controlarse y tienen que cortar por lo sano y desinstalar el juego de la PC. Descubrir que mi celular tenía Tetris y darme cuenta de que estaba en problemas fueron la misma cosa.

Cuando recién empiezo aún estoy a tiempo de interrumpir la compulsión pero si estoy en un momento vertiginoso, preguntale. No tengo forma de dedicarme a nada más mientras exista la posibilidad de seguir jugando. Puedo pasarme en el colectivo, dejar que me roben, llegar tarde al trabajo.

Siempre pensé algunas estupideces al respecto. Por ejemplo, que el Tetris es inmanencia pura. No hay un más allá de las piezas que van cayendo. Luego de una pantalla hay otra, y después otra, y después otra ad infinitud. Lo único que cambia es el nivel de complejidad; lo único que pasa es que cuando superes este obstáculo va a aparecer otro. Y yo siempre quiero, necesito, saber cuál es. El argumento es simple: el juego dura de acuerdo a la destreza del jugador; aunque, por más ágil y veloz que seas, nunca vas a acceder a nada diferente. Se puede perder siempre y en cualquier momento, pero nunca se gana.

Ayer Motorota cambió la imagen que yo tenía del mundo. Según estos señores, novecientosnoventaynueve roñosos puntos te hacen merecedor de la palabra “GANÓ”.

jueves, agosto 03, 2006

Escribir es

tener siempre más de un texto pendiente...




(fuck!)

Las peras del olmo y los peros del alma

Me encantaría que los ciclos de mi vida fueran como capítulos largos con unidad temática bien definida. Pero pasan siempre demasiadas cosas, demasiado enmarañadas las unas con las otras, como para poder separarlas del resto y darles título.

Una vez, durante el 2002, se me rompió la compu. Llamé a Castillo desesperada porque no tenía backups de ningún archivo. "Estoy a punto de perder el 70 % de mi vida" –pensé. Mientras Gaby tecleaba, copiaba y reinstalaba, yo me ensañaba con una pared. Casi llorando la pelaba ferozmente con un cuchillo y rezaba de a ratos. Los registros fueron salvados gracias a las manos mágicas de GC, pero fui destruyendo el cuartito azul paulatinamente, hasta que fue preciso sacar todo lo que había en él. La primera vez que Juampi vino a casa ya estaba inhabilitado.

Un día, después de una pelea, Rodrigo me juró que valoraba mis esfuerzos. Prometió ser él también más compañero conmigo y ayudarme en la empresa colosal que representaba para mí the blue room, el lugar de la casa en el que solía pasar la mayor parte de mi tiempo. Me emocionó ese reconocimiento repentino, esa buena voluntad que tantos empujones da en momentos de crisis. Y por esa excepción confirmé mi amor, compartida devoción por las causas perdidas. Obviamente, para cuando llegó la hora del trabajo R se había olvidado por completo de la promesa, a tal punto, que se enojó cuando se la recordé, creyendo que le mentía. “Era previsible –pensé. –No se le pueden pedir peras al olmo” ...aunque sería maravilloso que fuera posible esperarlas del peral.

Enfrenté el infierno de la rasqueteada durante uno de los tantos períodos de separación. Escribía frases de Wilde sobre el reboque descascarado e invitaba a los demás a que hicieran lo mismo. Puse “una marioneta fue melancolía” y Jose anotó el horario de Almorzando con crayón naranja. Saqué todos los muebles, los libros -que me parecieron infinitos- mudé la pc a la pieza, desacomodé totalmente el equilibrio de mi precario ecosistema, y después me di por vencida.

Nos reconciliamos y nos fuimos de vacaciones al Sur. Esas vacaciones –no recuerdo ningunas peores– nos convencieron de que la distancia era lo mejor que podía pasarnos. Viéndome paralizada y triste, mi mamá me ofreció contratar a un albañil para que se encargara de lo básico. Entonces llevé a mi habitación más cosas (las del living que corrían riesgo de arruinarse con el polvo, como el equipo de música y la tele) y me pasé los dos meses siguientes encerrada con Juan Ignacio. Él estudiaba acostado en la cama y yo, a su lado, redactaba delirios sobre Dorian Gray.

Los dos aprobamos y el albañil terminó cerecita y revoque. Se suponía que del resto me encargaba yo. Pero como soy tan utilísima, antes de pintar desarmé las bibliotecas y el escritorio para acondicionarlos. Redoblaba la apuesta y cada vez me hundía más en el nopodermiento. La sola idea de lo que faltaba para terminar me extenuaba, y cuanto más imposible me parecía enfrentarla, más complicaciones y requisitos le adicionaba. Y ahí nomás te sacaba también los marcos de las ventanas para lookearlos con una técnica de mil pasos que por una décima de segundo se me revelaba insuperable.

Todavía estaría dando vueltas entre mis pátinas y pinceles si Juampi no hubiera acotado la tarea. Sin su ayuda no habría sido capaz de pasar de pantalla. Recuerdo como si fuera hoy su cara de esto no puede seguir así ni un día más. Su primera decisión fue tan sencilla y tan básica como efectiva: el equipo regresó a su lugar habitual, y con la música invadiendo la casa, fue fácil ir recuperando el impulso de estar mejor. Gracias JP, el cierre de ese capítulo te lo debo por completo a vos.

Creeme

En algún momento me voy a sentar a tratar de decir lo que realmente quería decir

domingo, julio 30, 2006

In this world… (What it feels like for a girl)

Viernes. Último día del inventario. Por supuesto, con festejo: chocotorta, the cure, baile, fuegos artificiales, todo. Y después pizzería. Igual, no nos engañemos: estoy triste. Me ataca la angustia y me desasociego. Alguna gente, cuando se pone nerviosa fuma. Yo juego al tetris. Pero claro, como no es una forma de evadirse socialmente aceptada, Luciano se queja por mi falta de respeto. Para defenderme aprieto donde sé que le duele (dios mío, con lo que detesto que los demás hagan eso!). –Hablás desde el conservadurismo. ¿Quién sos? ¿Papá que no me deja ver la tele mientras cenamos porque hay que conversar en familia? ¡Qué dictatorial! –Me hago la progre, la cool– ¡Por favor, que cada uno haga lo que se de le dé la gana!!!

La cosa es que aunque me rebele y me ensemille, sigo siguiendo con ellos. La extiendo y la extiendo. Por quedarme loreando con Juan y con Laurita llego tarde al gimnasio y mi humor decae aún más. Durante la clase de Step no consigo sacarme de la cabeza los comentarios de Laurita. Qué inteligente es. Tan chiquita y en ciertos aspectos tan madura. Bailo desganadamente hasta que empieza a sonar Madonna, que me reanima un poco de inmediato. Subiendo y bajando me acuerdo de un post de &% sobre el gimnasio. La verdad es que me gusta como escribe &%. Me da bronca porque la detesto, ¡ay, cómo la detesto!, pero igual me gusta. Estoy radicalmente en contra de la mayor parte de las cosas que piensa. Sus elecciones me parecen un loco y ella una agrandada, una snob de las letras, una canchera mal. Pero tiene mi edad, y escribe bien, y además es linda, y algunas cosas de su blog me sacan de quicio pero en otras bien que me regodeo. Y es de letras y posteó algo sobre el gimnasio. El tema es que hace muchísimo tiempo estuve muy celosa de ella. Tenía equis arreglo comercial con mi primer marido y yo descubrí que a él le gustaba. La verdad es que realmente no podía decir nada porque la relación ya promediaba las diez de última y yo no estaba libre de pecado. A mi primer marido no se la hice nada fácil en ningún sentido, pero de todos modos lo quería mucho y por momentos me convencía de que seguía enamorada. Y además el orgullo, la autoestima. (Nunca se sabe qué es primero: si el hecho bochornoso de que los maridos miren a la que a una le parece la más patética, o si a una le parece patética por resentimiento anticipado, intuyendo que su propio marido la mira.)

La cuestión es que yo leo el blog de %& bastante seguido. Muchas veces me pregunté si a pesar de todo no podría ser su amiga. Porque de algún modo, y aunque me reviente confesarlo, me siento vinculada a su sensibilidad y a su forma de ejercer el cuerpo y el discurso. Al margen de lo que pudiera querer ella, (porque el caso real no importa), yo, ¿podría?. Lo que me interesa pensar es si resulta posible hacerse amigo de los enemigos. No digo impostar algo sino sentirlo de verdad: sentir cierta afinidad con alguien con quien se está radicalmente en desacuerdo, y compartir cosas con esa persona; enriquecerse con esa experiencia y desarrollar cierto afecto genuino hacia ella. Últimamente siento que en realidad uno no tiene la más mínima idea de por qué se conecta con la gente. Es fácil creer que es por esto o por aquello, fundamentar los lazos racionalmente, pero después esos motivos se desvanecen en el aire y la cercanía no. Quizás todo sea mucho más piel que lo que habitualmente estamos acostumbrados a aceptar. En última instancia, somos animales.

Me pregunto qué pensará Laurita al respecto y si %& le caería bien. Confío en su instinto. En cuanto al mío, tengo un criterio para desambiguar indecidibles: jamás confío en chicas que no tienen amigas mujeres ni en aquellas a las que no les gusta Madonna.

Ejercicio zodiacal teresa

Capri tiene cierto problemita con los finales. Como que no los acepta. No puede. “Alguna vez, tal vez/ me iré sin quedarme/ me iré/ como quién se va”. Y sí, I´m never ready to go. Así que si se termina la cinta scotch, equis enorme. Cuatro días de reflexiones después de la ceremonia. Preguntale a los ciclos, a las etapas que se cierran, a los saldos, a las cuentas pendientes, porque no vamos a desperdiciar la oportunidad para el minidrama. ¿Te ubicaste? Bueno, ahora que estás en tema imaginate qué sentirá capri en relación a la muerte.

Cae la ficha

Me pregunto si al fin y al cabo no seré yo la peleadora.

martes, julio 25, 2006

Aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado

El 1º de junio de 2005 entré a la Biblioteca. Cuando me llamaron para hacerme la entrevista di algunas vueltas antes de arreglar un horario. Era tan poca plata que casi no valía la pena. Me había ido hacía un par de meses de la oficina-osama con la idea de clausurar ciertas deudas intelectuales y estaba viviendo de unos ahorros que estiraba cual paradoja de Zenón. Finalmente dije que sí pensando que, como siempre, los horarios fijos me darían un empujón para organizarme. Y la plata, aunque fuera una miseria, ayudaba. Cuando acepté, la Biblioteca era un medio y no un fin.

Me presenté a la entrevista con una Dos días en la mochila. Temía estar embarazada. La posibilidad era remota pero de todas formas la tomé. Quedar no era una opción. Definitivamente no. Esa mañana discutí con E, que se fue dando un portazo. Volvió a los 5 minutos, me abrazó, se disculpó por la violenta retirada, intentó tranquilizarme y me llevó a la Biblioteca. En la puerta apagué el celular y no volví a prenderlo hasta muy tarde.

Atravesé la Plaza del Lector llorisqueando. Me sentía estúpida y confundida. El edificio es tan imponente como la institución que abriga. Ese día lo recorrí inmutable. Recuerdo algunas caras que esperaban como yo en la antesala. Creo que uno era Pablito Crocci ¿O era Lu? Y me parece que también estaba Maite. Se pusieron a hablar. Yo saqué una fotocopia y el discman. No tenía la más mínima gana de socializar y pensaba sostener esa misma actitud en la entrevista. Que me tomaran o no, me daba exactamente lo mismo. No iba a salir de pobre con ese trabajo ni era una oportunidad para acceder a ninguna otra cosa importante. Si cerraba los ojos veía con claridad el mapa de mis futuros planes y el modo en que iba a concretarlos. Lo que pasara conmigo me era por completo indiferente mientras no interfiriera con ellos. Jamás hablo de esas cosas, pero construyen en mi mente una cartografía bastante precisa que gobierna en silencio todos mis movimientos. Por supuesto que después sale todo de otra manera. La realidad es una sustancia resbalosa e imprevisible.

Por fin entré. Bety me cayó bien desde su primera sonrisa. Muy práctica ella. Conversamos un rato y me cambió el humor. Después Vincent me tomó prueba. Me dio un libro para que completara una serie de datos en pantalla. Lo sostuve un segundo dándome cuenta de lo que pretendía ser una trampa: decía en letras grandes “Samuel Beckett” como para que vaya a saber uno qué lamparita de 25 watts confundiera autor con título. “Lamentable”, pensé.

Los días de capacitación con Perla (“chicos, saquen todo, lo que no sale se pudre”) fueron una tortura. Me sentía infinitamente lejos de esos jóvenes emprendedores ansiosos por hacerse conocer. Aislada y autista. Ya en el segundo subsuelo, me ponía los auriculares y me simbiotizaba con la pc, pero cada vez que me los sacaba, escuchaba su eterna retahíla de estribillos: jorgepanesihistoriadelalenguapaolacortezroccapromoción
directacocktailconsarloenlaembajadateóricounembolearielysumundo gayponebuenasnotasestarsystemdepuan.
No sé cómo a Luciano le dieron ganas de acercarse. Nos hicimos amigos casi instantáneamente. A eso se plegó Laurita. Mucha complicidad de capri a capri. Y después, lentamente, fui cediendo; el café y los chistes diluían la hostilidad. ¿Por qué habré sostenido con tanta firmeza esa ridícula resistencia las primeras semanas? ¿Por qué pensar que no tenía nada en común con gente a la que habían elegido por los mismos motivos que a mí? Era evidente que había puntos de contacto. No sé, me cuestan los cambios.

Nelly, qué insoportable, me daba terror. Siempre hablando de su hija como un castigo. Igual, a pesar de su pánica presencia, fuimos ganando terreno: primero un brake de 5 minutos en grupos de a 5, después un recreo de 15 minutos todos juntos, (y ahora uno de media hora que se hacen 45). Mate y galletitas; los chicos, poker; algunos, cigarrillo; solcito en plaza o revistas de chimentos en el bar. Nos divertíamos. Se formaron unas cuantas parejas y nos aumentaron el incentivo.

Llegaron Sol y Lau Salas del turno tarde (y de Sociales). Por supuesto les hicimos la guerra. Esas chicas representan todo lo que rechazo, no voy a relacionarme con ellas nunca, no me lo pidas porque me voy a pelear. ¡Otra vez sopa, no aprendo más! Debo de ser una de las pocas personas que para muestra no le alcanza toda la botonería. Porque ahora las adoro a las dos. Sol es increíblemente pilas, intensamente dulce y como una topadora cuando identifica lo que quiere. Y LauLuna es de una deliciosa ingenuidad, tan franca que suele desarmarme con una sola palabra.

En el segundo subsuelo hay días malos y días peores, pero también hay días buenos, días increíbles, días lisérgicos, días de confesiones, días de mimos y días de fiesta. Porque, sí, claro, festejamos todo lo festejable: los cumples, las graduaciones, los objetivos alcanzados y las fechas memorables, sean patrias, institucionales o personales. Si alguien llega llorando se lo consuela; si cae con un problema, se le da una mano o al menos se lo convence de que la cosa no es tan grave. No sé, ver otras perspectivas siempre hace bien.

Uno que cambió radicalmente el punto de vista fue Juan Pablo, que pasó de burlarse de mí a quererme con locura. Y nos hicimos íntimas ¿porque quién tiene autoridad moral para criticarlo? Yo estoy muy lejos. Es más: me siento medularmente identificada con la secuencia guerra-fanatismo. Soy tan propensa a ese menú de dos pasos…

Algunos intimamos con Vincent, que es una suerte de jefe. Surgieron otros planes (la revista, las obras de teatro, la misión-salvataje) y fuimos acusados de mafiosos (¿?). Es posible que nuestros adversarios tengan algo de razón porque ahora nos vincula un proyecto denominado “Padrinazgo”, que él lidera. Circundado por una atmósfera de desaliento entrañable, el universo-vincent es tema aparte. Nosotros respiramos ese aire con naturalidad. De ahí deduzco que somos afines. Aunque no puedo explicarlo con un criterio claro y distinto, sé que la naturaleza de nuestra relación es de amor y es de espanto. De reojo nos miran los sarcasmos, pero nunca hubo nada de interés en esto. Lo que pasa es que no somos impermeables. La rutina nos hacía rodar mansamente por el declive de los meses, conocernos y compenetrarnos.

Mientras, la gente iba renunciando. Del primer turno se fueron Mati, Julieta, Rodrigo, Bárbara, Maite, Eloísa y Pablito. Nelly desapareció después de las vacaciones de verano y no volvimos a saber de ella. La reemplazó Casco. Pobre. Casco no puede concordar sujeto y predicado. Sin embargo, con la mañana bajo su mando, el inventario llegó a fin. Al día de la fecha registramos alrededor de 800.000 ejemplares que constituyen la colección regular. Faltan las publicaciones períodicas (hemeroteca), los textos antiguos (tesoro), las partituras, y demás fantasías sueltas (archivo). Hoy tuvimos reunión con los altos mandos y nos distribuyeron por diversos pisos y sectores. Nos preguntaron qué nos parecía todo el teje. Pienso lo mismo cada vez que me bajo del 41 en Las Heras y Agüero, y subo la escalinata de la plaza, y veo la fuente derramada por el parque y los gatos jugando alrededor. Tengo la camiseta tan hecha piel que no me la saco ni para dormir. Nunca nunca quisiera irme de la Biblioteca Nacional.









lunes, julio 24, 2006

Atenti

MD volvió a escribir.

miércoles, julio 12, 2006

La verdad

Chicos, el usuario anónimo no existe. En realidad son los padres.

jueves, julio 06, 2006

Cosas por las que la gente me desprecia

1. Haber trabajado feliz en un call center.
2. Militar por el costicismo.
3. Abandonar millones de veces la carrera, no terminarla jamás.
4. Haberme enamorado de Jorge Lanata.
5. Contar pésimamente chistes que no tienen gracia.
6. Tomar coca light caliente y sin gas.
7. Etc., etc., etc…

martes, julio 04, 2006

Pedazo de Sísifo

Fantasías a contrapelo. Insisto en ellas sabiendo que no, que no concuerdan con la realidad. Me emperro, qué testaruda. El lado bueno de la obstinación es la perseverancia: no aceptar más que síes como respuestas, insistir e insistir e insistir hasta lograrlo. El lado malo es ése mismo: no darte cuenta de que el mundo no va a modificarse sólo para coincidir con tus deseos. El problema es que ciertas lógicas me confunden. Por ejemplo: “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”. –Si la proposición es verdadera, entonces la inversa también deberá serlo–, pienso, y apilo fichas sobre el tablero. Una vez y otra más y otra más, como si la repetición engendrara el milagro. Pero no, craso error. Apostándole millones de veces a un número que no existe no se consigue nada. Nada más que otra decepción y la certeza de que ni siquiera se tiene derecho de estar triste, porque fue uno el que con su ceguera voluntaria se lo buscó.

domingo, julio 02, 2006

I'm back

Después de todo este tiempo oculta en el silencio vuelvo con una propuesta. Quiero invitarlos a un taller de lectura en el que vamos a leer un par de textos sobre la constitución de la subjetividad en relación con la animalidad, los derechos de los equis, el problema de la delimitación de géneros y especies, las proliferación de las diferencias, etc., etc., etc.

Empezamos el jueves 13 de julio, todavía no sé si cerca de la Facu o de la Biblio (lugar y hora a confirmar dependiendo de las preferencias de los que tengan ganas de venir). La idea es comenzar con el trabajito que publiqué en Modos de lo extraño, no por marilynitud sino porque me hicieron un par de críticas y estaría bueno discutirlas entre todos. Además, es un ensayo corto y me sirve para darle un marco al trabajo que tengo pensado para estos encuentros. El que no lo tenga y lo quiera, me lo pide y se lo mando por mail. Después seguiríamos con Lo abierto, de Agamben, mechando con algunos cuentos de Di Benedetto que se las traen.

El clima será relajado y pueden venir con quienes quieran (total después hago la gran GB y les digo que lo siento, que es un grupo cerrado pero que no se preocupen porque en extensión universitaria dan un curso parecido…) No, en serio, la invitación es abierta y me encantaría contar con muchos de ustedes; sé que tienen unas reflexiones increíbles sobre estos temas porque ya me volaron la cabeza en pasillos y cafés…

En fin: para los que tienen mucho por decir pero no encuentran incentivo en la academia, para los que aman a los chichos, para mis fans de siempre y también para los que no veían la hora de tener un espacio donde refut(e)arme se inician las lecturas animalizadas de los jueves.

domingo, mayo 07, 2006

Cosas que siempre digo

1. Que nunca rompí definidamente con la metafísica.
2. Que Dios no existe pero igual me castiga.
3. Que las monjas del colegio al que fui deberían pagarme el analista.

Cada día más cerca de un país más justo

Después de CUATRO años de fracasos aprobé el nivel 1 de Jardín Balconero. Guiye me abrazó y me dijo: bien nena, lo lograste. Y eso que durante la última tormenta se volcó la maceta del ficus y me reventó tres plantas.

jueves, mayo 04, 2006

Tres detalles adorables

1. Cuando tenía cuatro o cinco le preguntaron qué superhéroe prefería para regalarle el traje. Mmmmm, ¿capa de Batman o de Superman? Dijo que no, que ninguna de esas, que mejor la del Chapulín Colorado.

2. A los veintiocho, todavía no sabía hacerse el nudo de la corbata por sus propios medios. Surgió una situación que lo exigía pero no se amedrentó: buscó nudo de corbata en internet y aprendió solito.

3. Dice que no le gusta Barthes, ¡pero cómo trabaja el discurso amoroso!

miércoles, mayo 03, 2006

Crítica inmanente

Durante las últimos diez días me llegaron más de 15 textos. Gracias a todos los que me tiraron puntas para rastrear al resbaloso Aira; realmente sois lo más de lo más. No sólo me dieron una mano sino que también me pusieron muuuuy contenta. Decimos: satisfaction. Es harrrrto gratificante que los amigos (conocidos o no, concretos o virtuales) estén ahí cuando se los convoca. Eso es lo que más me seduce de los blogs: su fuerza aglutinante, su poder de congregación. Cada cual con lo suyo, la gente responde. Los seres de luz con su energía blanca, los oscuros con sus dardos venenosos y los paranoicos con su delirio de persecución.

Ya lo dije en otras oportunidades pero viene a cuento repetirlo: posteás “las Mondas no tienen ventanas” y se despierta la bestia, que sale de su hipnosis letárgica por efecto de las palabras-clave. Citás una sola línea, descontextualizada, de un filósofo del Siglo XVIII y a los cinco minutos tenés a diez personas sintiéndose aludidas. Y es gracioso que el fenómeno ocurra aunque el intertexto sea una propaganda de shampoo que empapela media ciudad. Me deslumbra y me maravilla que alguien lea “los huracanes despeinan” como una afrenta personal encriptada. Me divierte tratar de imaginar cómo, en base a qué razonamiento, se habrá podido llegar a semejante conclusión.

Nunca negué que soy bastante marilyn. Jamás intenté convencer a nadie de lo contrario, y menos que menos en este blog, que de algún modo funciona como un diario público. ¿Puede haber un género más marilyn? De todos modos, no entiendo cual es el problema con la marilynitud y considero que la modestia es lo más marilyn del mundo. Los modestos siempre se sienten superiores al resto de los mortales. Sócrates es un buen ejemplo de la modestia marilyn: con toda su megalomanoseguridad se tomó el bebedizo de cicuta sin perder la calma ni por un instante, convencido de que la tenía atada. ¡Bravo por él!; lo felicito. Yo marilynizo con cosas que vivo como conquistas personales, cosas que probablemente muchos de ustedes no vivirían ni como triunfos de segunda selección. Por lo general mis éxitos suelen ser bastante mediocres, pero a mí me cuesta tanto obtenerlos, que cuando lo logro me lleno de orgullo y me siento mi propia heroína.

Según el amigo Friedrich “el sello de la libertad alcanzada consiste en no avergonzarse más ante uno mismo”. A ver..., pensemos: no avergonzarse es aceptarse, bien. Pero aceptarse no sólo quiere decir aprender a tolerar esas cuestiones en las que uno no ha conseguido todavía imponerse (y quizás no lo consiga jamás); asumirse tiene también su impronta proactiva, ya que implica trabajar duro para estar a la altura de las circunstancias. Acercarse al concepto que se tiene de sí mismo supone un laburo arduo y continuo, y no veo por qué uno no habría de alegrarse cuando mínimamente le sale. Alegrarse, digo, afirmarse ahí para cuando no salga; apropiarse un poco de la situación.

Me reprocharon la semana pasada que fomento la verborragia vacua, el decir sin decir, la posibilidad de hablar sin que nadie se haga cargo de sus palabras. Qué irónico que me lo hechara en cara justamente un anónimo. Se estaba aprovechando, el muy atrevido, de eso mismo que me cuestionaba. Y lo hacía para explicarme lo equivocada que estoy, lo que no entiendo y en dónde derrapa mi discurso presuntuoso. Yo me pregunto en qué lugar se ubica quien, indignado, te señala un error conceptual; el que te quiere indicar un camino moral y epistemológicamente superior. En síntesis, me pregunto: ¿existe algo más marilyn que la explicación?

lunes, mayo 01, 2006

Combo argentino 100%

Merca y fernet.

jueves, abril 27, 2006

Pierde el turno

A veces siento que todo lo que hago es retroceder.

viernes, abril 21, 2006

Shamado a la solidaridad

Estoy escribiendo un artículo sobre César Aira para el próximo número de La Biblioteca, dedicado a la crítica literaria. Se supone que debo consultar todo o gran parte de lo que el autor produjo al respecto. Tenía el librito sobre Alejandra y compré Copi, Las tres fechas y algo más que ahora no recuerdo. El Jefe Renegado me prestó La trompeta de mimbre, Edward Lear y un número de Ramona (decimos: gracias Vincent) pero me vendría bien releer los básicos tipo “Exotismo”, “El ensayo y su tema” etc. No es problema –me digo- porque los tuve entre manos hace cosa de un año cuando con Mariano dimos el tallercito en B & F. Me pongo a buscarlos pero no los encuentro. Doy vuelta las cajas donde guardo los apuntes, abro y descuartizo biblioratos, vacío estanterías y nada. ¿Aparecen los reportajes a Manuel Puig que había perdido? Sí. ¿Y los cuestionarios de Filo del lenguaje que la otra vez me pidió José? También ¿Y lo que necesito ahora? Por supuesto que no. Bueno, ok, voy a la hemeroteca. Pregunto por la revista Boletín de Rosario: nada. Babelia; nada. Nueve perros; nada. No hay absolutamente nada de lo que tengo que leer. Podría molestar a Estrin pero, cual Bartleby, preferiría no hacerlo. Siempre me mira con esa cara de soy yo la que debería estar escribiendo ese artículo y además, cada vez que me presta material prometo que en cuanto salga a la luz voy a regalarle un número de la revista en cuestión, y jamás lo hago. En fin, me pregunto si los amigos de Letras no tendrán algo a mano para facilitarme o si saben de dónde bajar alguno de estos textos. Desde sha, muchas pero muchísimas gracias. Los que me ayuden se harán acredores del Nº4 de La Biblioteca.

jueves, abril 20, 2006

A ver si nos entendemos

1.- Todo declina en femenino porque se me canta.
2.- Mis obsesiones son mis pasiones (y no mis obligaciones, como escuché por ahí que se dijo).
3.- Tengo faltas de ortografía, y qué. Eso nunca me impidió sacarme dieces ni publicar artículos. Te digo más: nunca fue inconveniente para pegar un laburo ni levantarme un tipo (y en ambos casos hablo de los que valen la pena).
4. Siempre hice y sigo haciendo lo que se me da la real gana. Por suerte, puedo (demos gracias al Equis Enorme) Si está mal o está bien, es otro problema. Igual no se preocupen porque inevitablemente pago las consecuencias.

Espero que haya quedado clarito. En caso de que alguien tenga inconvenientes, me avisa y nos vemos a la salida.

Naturaleza insaciable

León nació hace un mes y días. Dos semanas después fui a conocerlo y la Pipis me lo mostró llena de gloria. Nos reímos. Posteé tu panza pero sin cara, le dije, pensando que quizás la exhibición la ponía un poco paranoica. Me contestó que está tan orgullosa de su panza que hasta le hubiera gustado posar para la foto. Qué raro es ver a la más seria e intelectual jugando a la mamá.

Estuve unas cuatro horas en su casa tomando mate y loreando. Mil temas pendientes. Como veníamos atrasadas de info, teníamos tanto que decir, que nos atragantábamos de palabras.

Me contó todo el parto con lujo de detalles. Escuché ese relato absorta, poniéndome cada vez más pálida. La interrumpía y le preguntaba. Ella me respondía con precisión y yo, al borde del desmayo la seguía interrogando. Su discurso sentimental fenomenológico ginecológico me trastornaba pero también me fascinaba. Parece que sufrís como si te arrancaran las tripas –que es de algún modo lo que pasa– pero que al mismo tiempo liberás una cantidad superlativa de endorfinas. Parece que el embarazo es costi; que a pesar de toda la naturaleza desatada sin eufemismos ni diplomacias, parir es una experiencia costi; y que después, amamantar sigue siendo costi. Me vuelvo loca.

Mientras, León dormía en su cochecito al lado nuestro, acompañado de un perro naranja que la Pipi le pone para que se sienta ajustadito como en el útero. Yo lo miraba sin poder creer su contundencia. Ese piojo con melena salió de adentro de mi amiga y ahora le come los pezones; la reconoce cual mamífero por el olor y se pone feliz cuando lo agarra. León me dejó muda: un solo movimiento de su minipatita alcanzó para terminar con la verborragia.

viernes, abril 14, 2006

Chiche nuevo

Ahora Mosquitodragón también tiene fotolog: www.fotolog.com/atomikev
Pasen y vean...

jueves, abril 06, 2006

Super M

Ella sabía organizarlo todo. Tenía ese don, pero siempre necesitaba ayudantes para ponerlo en práctica. Más allá de que el imperativo era su modo favorito, lo cierto es que las cosas resultaban de perlas cuando los demás la obedecían. Por eso se la pasaba profiriendo instrucciones. Traeme, llevame, hacé esto y aquello.

Nunca sospechó la magnitud de su increíble capacidad organizativa hasta cierto día en que no conseguía concentrarse para estudiar. Parecía que todos se confabulaban para molestarla: las bocinas de los autos, la gente que pasaba loreando por la vereda, los chicos que jugaban a la pelota en la casa de al lado y hasta Jean Luc con sus agudos ladridos. Un poco alterada gritó silencio, y en ese momento la Tierra dejó de girar para no hacer más ruido. Los autos frenaron, Jean Luc se acostó de inmediato, y hasta las moscas y los pajaritos detuvieron sus alas en mitad del vuelo y se cayeron al piso. Había nacido una nueva heroína: Maaaannnnndonaaaaaa.

En ese episodio inicial Mandona descubrió su superpoder, que precisamente consistía en dar órdenes. En el siguiente la vemos tomar conciencia del asunto y de ahí en adelante, protagonizar distintas aventuras montada con su traje con insignia. ¿Fulanito cumple años? Llega Mandona y te organiza la fiesta. ¿Te estás mudando? No desesperes, Mandona sistematiza el quilombo en dos minutos. ¿Te fuiste de vacaciones a dedo con un grupo de amigos? En cuanto ponés un pie en el camping advertís que Mandona ya repartió las tareas de la manera más justa y eficiente.

Esta equis no opera sola sino con Skorpius, su leal ayudante. Skorpius es un bombonazo y todas las féminas y todos los culturales se enamoran de su fuerza. Sin embargo, hay que aclarar que a veces tiene energía negra. Sirva el capítulo 423 de ejemplo. Ella le dice: ¡Bravo, S, salvamos a este país del tsunami!, y él responde: sí, pero en cualquier momento lo arrasa un terremoto.

En el último episodio se revela un dato fundamental: su archienemigo fue su costicismo en 1905. ¡Con razón tanta energía sexual en las contiendas!

En realidad, Mandona tiene muchos detractores que la hostigan, criticando tanto su método como sus objetivos. Y sí, es una figura cuestionable –para qué negarlo-, pero ¡quiéranla, chicos!, que hace lo que hace por el bien del mundo. Así que por favor no dejen de hacerle caso en lo que sea que les pida.



(* Cualquier similtd con la llamada realidad es pura coincidencia)

lunes, abril 03, 2006

Beat

Según Valery, no hay nada más profundo que la piel. La superficie se vuelve inaccesible, a veces. Quiero estar a sólo tres centímetros de distancia y ver esos detalles casi imperceptibles: pecas, pelos, pequeñas cicatrices que se me escapan desde la distancia. Saber cómo huele tu boca, reconocer tu aliento y darme cuenta de que llegás por un cambio mínimo en la temperatura del ambiente. Quiero darte un beso que te parta la boca y la cabeza; un beso que no tenga vuelta atrás.

Nació [el] Leoncito

Un

nuevo nietszcheano

ha llegado al mundo.

¡Bienvenido!

miércoles, marzo 29, 2006

Hay opciones

¿Creían que la elección era ilusoria, que en realidad era mostaza o mayonesa, que no había una tercera posibilidad? Albricias, chicos: hoy en la Biblio nos enteramos de que además del famosísimo Mester de Clerecía y del nunca suficientemente loado Mester de Juglaría existe ¡el Mester de Lunfardía! ¿Por qué no nos enseñaban las cosas buenas en la escuela? Conocer este dato, que desmantela el pretendido binarismo metafísico hostil y maniqueo, hubiera cambiado decisivamente no sólo el vínculo que me une a la literatura sino también el modo en que me relacionaba con el mundo...!

* Un besito (mchuik) para J. C., mi nuevo master friend del Inventario.

martes, marzo 28, 2006


De vez en cuando baja mi alma a darme
cucharadas de fuego


Amelia Biagioni

sábado, marzo 25, 2006

A favor y en contra

Los Detractores:
* Ex amigas recientes
* Algunos antiguos jefes
* Compañeros de alguna cursada de mi primera época en la fac, cuando tenía demasiada energía para pelear
* Ami y api en cierto sentido
* Gente que se guía por las apariencias

Los Fans:
* Ex amigas que se dieron cuenta de su grave error (la lista de las que están aplicando para recuperarme es larga, claro que si la hiciera dejarían de intentarlo)
* Otros antiguos jefes (y alguno de los actuales)
* L. C. y su clan de seguidores
* Jóvenes emprendedores de diversa índole
* E
* Ami y api en diversos sentidos
* Gente que se guía por las apariencias

Que alguien me convenza de lo contrario

Las Mónadas no tienen ventanas...

My own private Fox Life Chanel

Estaciono donde quiero y después me pego un tiro. No podés haberte convertido en alguien tan patético como para que una de las cuestiones que más te obsesionan sea que a los 31 te siga yendo el talle más chico de pantalones de todas las marcas cool de jeans, y su consecuente dilema: qué parámetro seguir en casos ambiguos como el de los Levi´s, de los cuales el 575 y el 519 podés sacártelos abrochados, mientras que el 514 te queda un gracielaalfanismo mortal. Sencillamente no da porque afuera, en el Mundo Real, pasan cosas verdaderamente jodidas. Digo, ayer fue 24 de marzo: hace 30 años, equis enorme. ¿No te movilizó alguna fibra la marcha? Sí, pero sabemos cuánto dura esa conmoción. Porque la señorita tiene que deprimirse porque la vida le resulta difícil, porque la felicidad se escapa y hay que perseguirla todo el tiempo o porque no consiguió lo que quería, cuando en realidad no lo consigió porque no se esforzó lo necesario o porque otras cosas le importaron más o porque, aunque NADA le importaba más, igual no actuó en consecuencia. El punto es que no da que tu principal problema sea que sos una pelotuda. Porque entonces sencillamente JODETE. O whatever pero plis no te quejes más. Por favor ya no te autocompadezcas. ¿O quién te creés que sos? ¿Pobrecita, La Lacrimosa? ¿Miss Drama Queen? ¿Y por qué siempre el personaje más exagerado? Un poquito, no; todo. Nunca es demasiado y demasiado no es suficiente. Hasta el fondo, a como dé lugar, desde que éramos chicas. Nunca nos alcanzaban las palabras. Si algo nos parecía injusto no podíamos decir “Dios le da pan al que no tiene dientes”, porque con eso nos quedábamos cortas. Nooo, teníamos que llevar la lógica al absurdo, teníamos que decir: “Dios le da medialunas con dulce de leche al que no tiene lengua”. Y cuando alguien nos sacaba de quicio, no estábamos satisfechas vociferando “me tiene las pelotas llenas”. Ese zapatillismo también nos quedaba chico. Para nosotras era mucho peor que eso, era un camión lleno de pelotas llenas. Pero si nos fijábamos bien, eso tampoco nos alcanzaba: nosotras sufríamos más, con más intensidad, y por lo tanto también nuestras crisis eran mucho más terribles. Entonces era “ha pasado la flota completa de camiones llenos de pelotas llenas". Y agarrate cuando pasaba el último camión, la cola de perro de la flota. ¡Pará, Tanguito!, ¡qué insoportables! A veces creo que si yo me encontrara conmigo misma me caería super, pero después me doy cuenta de que me diría “Easy, campeona, bajame ya mismo cuatro cambios”. ¿No te podés relajar un poco? Porque sos un relajo.

El problema de las obsesiones es que sólo puede haber una en curso. La fantasía de la Chica Trinity me dura poco porque no puedo dedicarme a mil cosas a la vez si en todas pongo en juego mi integridad. Hago las mil pero todo el tiempo tengo la tentación de mandar 999 a la mierda y dedicarme sólo a una las 24 horas. La obsesión seleccionada puede ser las plantas, Proust, mi novio, el periodismo, Leibniz, la Guille, pintar, drogarme, los tritones, la literatura, el gimnasio, las canciones de Elliot Smith, el bricollage, “mi carrera”, un curso de fotografía o de aero pop dance. Dedicarme a eso con alma y vida, y el resto que caiga por un maldito vortex. El pero que viene tomando carrera, al que oigo galopar con frenesí y acercarse estrepitosamente es la Gran Culpa. Culpa por lo que se tragó el agujero negro: esas 999 cuestiones por las que moriría de no haber empeñado el crédito en otra cosa.

Lo peor es que este devaneo no conduce a nada, porque si la frivolidad es preocuparse por pelotudeces, entonces preocuparse por si uno es frívolo es algo así como la apoteosis del concepto (lo que sería su colmo). Entonces basta. Basta de Legaly blond, de Kim y Novak, basta de con cada separación podés bajar hasta 5 kilos. Cambiemos urgente de canal.

domingo, febrero 26, 2006

Freaks de Letras


El que quiera conocer en persona a varios de los personajes de este Blog, que venga, pase y vea

Miércoles 15 de Marzo a las 19 hrs. Presentación de Modos de lo extraño (Mónica B. Cragnolini, comp., Buenos Aires, Santiago Arcos, 2005) en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional (Agüero 2502)

Modos de lo extraño es el resultado de una investigación colectiva. Los trece artículos reunidos en este volumen intentan indagar la "actualidad" de la filosofía nietzscheana en los debates contemporáneos sobre la alteridad y los modos alternativos de pensar la subjetividad. En diálogo con Deleuze, Heidegger, Merleau-Ponty, Cacciari, Agamben, Derrida y Toni Negri, los autores se proponen seguir las huellas del pensamiento posnitzscheano en torno a los conceptos de hospitalidad, comunidad y alteridad. En la presentación hablarán, además de Mónica B. Cragnolini, compiladora del volumen, Adrián Cangi y Alejandro Kaufmann.

domingo, febrero 19, 2006

Super Odeada

Puedo contar con los dedos de una mano las visitas que le hice al gimnasio durante estos últimos dos meses. Entre las vacaciones y el problemita del pie, un desastre. Voy, se me vuelve a hinchar el tobillo y de nuevo me lo prohíben. La última vez que fui me quise matar en cuanto llegué: volví a perder los guantes. Mis relucientes nike dry fit femeninos fáciles de poner super grip que te permiten levantar la olímpica bien cargada como si fuera un lápiz. Casi me pongo a llorar. Es que yo soy como los superhéroes: no esperen nada de mí si no me pongo el traje.

Tesoros personales

Mi abuela junta monedas y me las da. Sabe que son un bien preciado para mí porque además del colectivo, las necesito para el locker y la máquina de café del trabajo. Le encanta esperarme con un puñado y no duda en robárselas a mi papá o a mi mamá si ve sus billeteras cerca. Lo que no le gusta es dármelas en la mano. Me las entrega en un sobre o en una bolsita. Esa es otra de sus actividades principales: recolectar packagings que se presten para ese fin. Hace un tiempo, estábamos almorzando y me las dio adentro de una bolsita de protectores diarios cerrada con un alfiler de gancho. ¿A los 87 todavía usa carefree? Pienso que mi abuela ya no tiene registro de la realidad y me pongo un poco triste. Se las muestro a E, moviendo la bolsita para que suenen. Las mira y me pregunta: ¿monedas íntimas?.

Dedíqueselo

Otra vez sopa: uno proyecta, to-do-list en mano, y la realidad impone sus propias ideas. Por el momento no vas a escribir todo eso que habías pensado. Las hipótesis geniales y los razonamientos lúcidos quedarán para más adelante, porque ahora en lugar de escribir te vas a separar (de nuevo, por vez número mil, o por primera vez después de un millón de años), te vas a enfermar, a quedarte sin casa o embarazada.

La llamé y le dije sin eufemismos que todos sus colaboradores están hechos mierda: al margen de la Pipi que a punto de parir desfallece, devastada por el calor, Mariano –eterno marinero mareado por amor- no puede más que ocuparse del tratamiento de su mamá; Tetis está encarando su recientísima soltería y yo, como vaca sin cencerro de médico en médico. Sobrevivir y recuperarnos. Hasta nuevo aviso esos son los planes.

Más allá de las sorpresas, hay cosas que no cambian. Cuando verdaderamente la necesitamos ella está. Incluso desde su escorpianismo nos escucha y nos comprende. Incluso cuando piensa que estamos perdidos de la mente a niveles inconmensurables. Nos aconseja y nos alienta sin darse por vencida. ¿Qué vos querés escribir sobre los animales MD sobre maquillajes? Adelante, adelante. Ya les compré los CDs vígenes y también las cajitas de colores que me pidieron para guardarlos.

Vive retándome por todo lo que aún no hice, por mi falta de operatividad y mi obstinada insistencia en las peores elecciones. Hasta que escucha que soy yo la que se queja, frustrada, y entonces pone en movimiento la maquinaria inversa: todo lo terrible queda convertido en una nimiedad que no me atrevo a encarar por cobardía. Ni mi situación es patética ni nadie duda de que voy a lograrlo. Otra vez adelante, adelante; así es la vida. Y queremos la vida tanto tanto.

El año pasado, para variar estaba deprimida para mi natalicio. Llegan las fiestas y lo único que quiero es ponerme la remera de soy un fracaso y cantar im a looser baby and why don’t you kill me. Pero el año pasado fue todavía peor; no es fácil encarar los 30 con garbo. Hablamos un par de veces sobre eso. Organizó una cena íntima para levantarme el ánimo y me regaló un pishama rosa chicle que dice im smart, lovely, beautiful, intelligent etc, etc. Quien lo diría, ella con todo su rigor monocromático, comprándome puteríos de Barby para festejar los 30.

Es verdad que somos ineficientes y diletantes, pero también es cierto que le pertenecemos. Y ella lo sabe.

Lo que no sabe es que tengo este blog; si se entera de que pegué su foto me mata

jueves, febrero 09, 2006

Tapado

Un día, llego a la Biblio y había amenaza de bomba. Como no nos dejaban irnos (supuestamente: después de que la policía revise y compruebe que no hay nada, ea!, a trabajar) nos quedamos conversando en la plaza. Yo había llegado carburando mal. Me tiré al sol con el discman a escuchar NIN y me quedé dormida. Puedo quedarme dormida gritando "Piggy" o "Closer" aunque me parten la cabeza. Soñé precisamente con las cosas que me obsesionaban, de las que no era capaz de apartarme. Me desperté al rato sobresaltada. Estaba muerta de calor, transpirada, el sol me encandilaba y no veía nada. Hice lo que muchas veces hago inconscientemente: me sacudí la cabeza con las manos como quien espanta pájaros de mal agüero (los malos pensamientos). No lo controlo: como el chico de About a boy, que sin darse cuenta se pone a cantar y de pronto todos se están riendo de él. Eso nos pasa a las semillas. Algunas se exorcizan cantando, otras nos sacamos de encima las ideas como si fueran cuervos; preguntale. La cuestión es que me incorporé de golpe, ahuyenté a la bandada deplorable, y medio que grité no aguanto más, basta. E. B. había llegado durante mi siesta. Hola, Evelyn, te presento a Horacio González. Evelyn acaba de bla bla bla, bla bla bla. Yo, speechless, totalmente desubicada. Linda manera de que te conozca González.

Recuerdo que le dije a Luciano: el pibe del depósito es muy raro pero también muy interesante. Siempre me calló bien porque hablaba con L.P. y con Sol de la maratón Nike. Cada vez que conversaban yo ponía un vaso (en el segundo subsuelo todo el mundo habla al natu y abundan los vasos). De sus comentarios y de los carteles de la calle (estoy corriendo porque) salió un texto que se llamó “Nike corre, Lola corre”, que después nunca llegué a postear. Además, mencionó un par de veces a gente conocida de Adrogué (una de las palabras claves que me devuelven cual magdalena a mi pasado). Con Luciano queríamos hacernos amigos pero no sabíamos cómo. Esas pretensiones nacen condenadas al fracaso. Qué ingenuos, no teníamos la más pálida idea de esto:
La obra teatral Agüero y Austria, tapa y contratapa de Esteban Bitesnik (Jefe del Depósito de Libros de la Biblioteca) contó con la excelencia de la dirección de Cristina Banegas y el elenco encabezado por Héctor Malamud y Carlos Durañona, además de los jóvenes Agustín Labiaguerre y Adrián Díaz. La historia, un diálogo entre trabajadores bibliotecarios de distintas generaciones, pudo ser apreciada todos los días, en horarios sucesivos, y calculamos un total de 3.500 espectadores.

Ni tampoco de que era parte del staff de Revolver. Yo leía esa revista hace años. Todavía conservo un par. Busco una y ahí están sus notas. Ahora voy a leerlas. Qué agradables son a veces las sorpresas, qué agradables...

Animal de costumbres

Ayer quería postear algo así como larrreputamadrequelorrremilparióa-todoeluniverso. Me vieron, para variar, unos cuántos médicos durante el día. Cada cual aventura su hipótesis pero ninguno está seguro. Probemos con tal cosa, probemos con tal otra. Ensayo y error. Ensayo y error. Hasta ahora, el resultado fue siempre error. Análisis de sangre, ecografías de tobillo, nada. El fucking pie no responde. Qué hijo de puta, se hincha como le da la gana. Y cómo pica. La fantasía de la cierrita me da vueltas en la cabeza. Bien afilada. Una cierrita de dientes tiburónicos con la que trabajarme la carne. Mmmmm (me muerdo la boca de deseo atroz). La idea ya se popularizó. A TT se le ocurren muchas cosas con las que quisiera darle a la cierrita divina: al carácter del equis o su propio e incurable temperamento romántico.

Hace un tiempo, charlaba en el gimnasio con una de esas chicas mayores que están superentrenadas -esas clásicas minas de cuarenta que matan de envidia a las de veinte-. Levantaba el triple de su cuerpo con cada glúteo. Esto me hace recordar dos cosas: uno de los últimos pornosonetos del talentoso Paz y un capítulo de Ren & Stimpy en el que ellos peleaban con unos luchadores profesionales de fuerza tan descomunal, que los noqueaban dándoles aplausos de culo. Dioses, qué culo poderoso. Yo también quiero sacar de competencia a alguien con el culo…
En fin, no sé ni cómo se llama esta equis pero igual podría decirse que la conozco bastante. Desapareció del club durante muchos meses. Al volver me contó que estuvo lesionada y que le prohibieron hacer actividad física por un larguísimo semestre. Pensé que le pasaba por zarpada: el cuerpo siempre te da señales, te enciende el cartel de alarma cuando te estás pasando de la raya. Pero ese tipo de lesiones son muy comunes en el gimnasio. No dejás nunca de compartir los aparatos con gente que hace una rutina light porque se está rehabilitando. También pensé que a mí me daba un a77aque si me dejaban sin mover el equis durante más de dos semanas. El deporte y sus sucedáneos son antidepresivos y ansiolíticos para mi neurosis cotidiana. Para pelearla con ganas necesito mi cuota endorfinas!

Ahora, acá, en cama –santas computadoras portátiles–, entiendo que a todo se acostumbra uno. Yo es otro si vive en otro lado. De última: ¿por qué no iba a adaptarme a estar aplastada, si es lo que hice durante veintisiete años? Mi cama siempre fue como la democracia: acá se come, se coje, se estudia, se trabaja y se educa. No hay nada que no pueda hacerse entre almohadas.

lunes, febrero 06, 2006

País de Nieve

Ayer hizo un año que estoy con E. El día fue melancólico y bastante raro. Lo empezamos a las doce brindando en copas de champagne que amorosamente me trajo de regalo, junto a un ramo de rosas y un collarcito para armar galaxias. Después fuimos a la fiesta de Abe –un escándalo en múltiples sentidos– y la pasamos muy bien: seguimos brindando con amigos y ya de madrugada nos dormimos abrazados. Al despertar mi pie estaba peor. Además, los antibióticos hicieron otros desastres en mi cuerpo. Así que fue un día de guardias y médicos y más remedios. Lo pasamos en salas de espera y en bares, leyendo un librito de Kawabata que nos iba poniendo cada vez más tristes. Los domingos siempre son terribles y la historia de Shimamura y Komako daba por completo en nuestro blanco. Dios mío qué calor, y yo vestida de novia con un solero cándido. Terminamos tomando frapuchino en un patio, leyendo en voz alta hasta que se fue casi toda la luz y entonces regresamos. En el auto nos mirábamos de reojo en silencio. Le dije que era extraño; que no me parecía que ya hubiera pasado un año. Pero quizás eso sea porque desde la primera vez que lo vi, tuve la sensación de haberlo conocido hacía muchísmo tiempo.

jueves, febrero 02, 2006

Oficina de Reclamos

Ningún artículo se escribe solo.

No anda la luz del cuartito azul. Saqué la dicroica, la reemplacé, y vi como también se quemaba la nueva. El electricista marilyn dice que no tiene tiempo, que lo llame la semana que viene para ver cuándo podría venir.

Mi pie-tobillo está cada vez peor. Ahora no puedo girar la articulación. Hoy, de la Biblio me mandaron al Hospital Rivadavia, donde vi personajes bastante aterradores. La infectóloga dijo que tengo algún parásito, que el alien crece inside of me. Me recetó una pastillita y a casa, a levantar la pata. Preguntale a Sigourney Weaver.

Encuentros cercanos del tercer tipo, el lunes me crucé por la calle con mi ex. Hablamos cinco minutos nerviosos. La última vez que nos vimos, no quieran saber... Fue hace más de una año, bastante más. Decimos: regresión.

Y pasan los días y yo sin entrenar...

Murió un pececillo.

La persiana del cuarto se pasó de vueltas y ahora no baja. Por la mañana el sol me encandila mal. La luz, diría alejandra, se abrió como una herida. Me taladra la vista.

Perdí un juego de llaves. Por suerte el portero tenía las que dejaron F y P.

Hace un par de horas llamó Dany desde París. Hablamos un rato largo. Le pregunto por la reseña y por los costicismos. Dice equis, un loco, fantasía. Se resistió durante un tiempo pero ahora está a pleno con la terminología. Cuando nos conocimos, nos separaba una glacial distancia que fue cediendo lentamente. Dany y yo tenemos algo en común. Todavía no sabemos bien qué, pero intuimos que es grande. Quiero decir visceral, si se me permite la grasada. No es la palabra pero tampoco se me ocurre otra y estoy harta de perseguir denominaciones. ¿Por qué este afán de ser precisa, después de todo? Para qué. Dany, Dany, Dany... fue hermoso que llamaras desde tu parís y me dijeras cuántas horas conversaríamos apaciblemente si estuvieras aquí...

Ataque con la gente que se va. Decimos: desapego.

Me aterra la idea de tener bicho do pé. Dany tuvo hace tres años y me contó cosas espeluznantes. No te lo saca ni una junta médica ni secesiones de electroshock. Te lo saca un pedazo de panceta y una venda; una noche con el pie hecho un embutido, y por la mañana, un parto atroz. Juro que todo esto lo soñé.

Se supone que no me puedo quejar porque se trata del animal que también soy, del animal en mí. Lo más cercano y familiar vuelto lo más extraño. Equis.

Me pregunto por qué les pagamos subsidios a los fucking científicos si aún no pueden dominar a los bichos do pé.

Perfecto, perfecto –me dice la empleada detrás del mostrador. –Llene el formulario Nº 5 y deposítelo sobre la pila. ¿El siguiente?

Next saturday


Esto nos espera...

miércoles, febrero 01, 2006

Vida acuática


Flavia ya conoce más cosas interesantes de Buenos Aires que yo, y eso no sólo se debe a mi desidia sino también, y principalmente, a su culo y a su espíritu inquietos. Tiene una guía que exprime con bastante pericia turística. El jueves se le antojaron las delicias vietnamitas de Green Bamboo y el viernes quiso cenar en Bar 6.

Pedro había estado reclamando a TT, su fiel compañera de copas. Le dije que era una figurita difícil, pero el viernes accedió. Cuando se terminaron la primera cerveza no aguanté más y le pregunté a P. por el tema: la p de p. Declaró no saber nada al respecto, pero la cuestión despertó su curiosidad así que terminamos todos como hace poco más de un año: barajando hipótesis para compatibilizar el zapato vacío cuya punta se curva hacia arriba cual los de los duendes, con la destreza para sambar como dios manda. El enigma continúa abierto.

A medida que pasaba la noche el tobillo se me iba hinchando cada vez más hasta adquirir proporciones elefantiásicas. Lo peor es que pica como la gran equis. Algo realmente insoportable. Me dan ganas de tener un cepillo de alambre para rascarme sin parar hasta que quede el hueso al natu. O de ser perro y rascarme con los dientes o de tener una sierrita afilada como la lengua de chechus. Siempre me gustó mutilarme…

Después de la cena fuimos a saludar a Abe, que nos está cumpliendo los 30. Lo va a festejar en un lugar ultrafantasy: un telo. Su papá tiene una empresa constructora que compra terrenos para levantar edificios modernos, previa demolición de lo que haya en el predio si es que hay algo. En este caso hay un hotel alojamiento armadito como si se estuviera usando: tres pisos de habitaciones con distintos puteríos (dios mío, es la primera vez que el término adquiere semejante literalidad!!) como silloncitos para tener el costicismo, duchas escocesas, películas porno, espejos en el techo y etcéteras. A. pidió permiso para hacer ahí la fiesta, ¿y quién puede decirle que no a alguien que está cumpliendo los 30?. La idea es una megaparty con grupetes de diferentes procedencias ocupando los cuartos, consumiendo distintas cosas, divirtiéndose de maneras disímiles. Me fascina la idea de poder ir de un lado al otro y cambiar de secuencia con sólo cruzar un pasillo.

El cumpleañero comenzó su natalicio ahí mismo, ya que llevó a sus íntimos (básicamente los demás Horreos) a conocer las instalaciones. Y yo terminé como se debe: en un jacuzy. No hay caso, mi destino es el agua.

La fotich es de su cumple pasado. La posteo porque estoy con su esposa, que en este blog ya tiene unos cuantos fans. Así se le ponen los ojos cuando se emborracha.

Visitas internacionales. F y P

Flavia y Pedro están en Argentina desde el lunes de la semana pasada. Se están quedando en casa. Yo vine a parar a lo de E, que no me cuesta demasiado. Me trajeron de regalo tres pares de Melissas (sí, TREEEESSSS!!!) y un libro soñado de Clarice Lispector. Salgo con ellos todo lo que puedo y la paso muy pero muy bien.

Conocimos a Pedro en las Jornadas del 2004 (sí, del). Vino de Río con el ya citado Charles-rompe-corazones y M.A.B. Dado que yo me encargaba de la casilla de las JorNiet habíamos cruzado un par de palabras por ese medio, situación que obviamente aproveché para dar una imagen bastante triste de mí misma, contestando a sus preguntas con mi famoso tonito de chica superocupada que no tiene tiempo para diplomacias. Sin embargo, Pedro se mostró de lo más simpático meses más tarde cuando nos vimos las caras. Es rubio, acuariano y se doctoró hace muy poco con un trabajo sobre Ortega y Gasett (a quien llama simplemente ortega). Tiene la sonrisa rápida. A Pedro le gusta el helado de dulce de leche, leer a Heidegger, tomar cerveza, y demorarse en las librerías de Corrientes. Está con Flavia hace como siete años.

Flavia es un fuego. Morochaza verborrágica y carioca por elección. Tauro con ascendente en capri, chica de los mil top strapples, a los que en Brasil se les dice tomará que caiga. Es arquitecta. Se doctoró escribiendo un trabajo sobre x barrio de Río (imposible recordar cuál era) que deconstruyó de la mano de Pierre Bourdie. Para escribirlo se compró –aunque no fumaba– un cartón de 20 atados de 20 cigarrillos cada uno. Escribió todo lo que tenía en mente fumándose hasta el último cigarillo, se doctoró, y no volvió a comprar un paquete nunca más. Ahora trabaja en urbanismo. Nosotros la conocimos allá, en Guanabara, bailando samba y tomando una caipirinha detrás de otra. A Flavia le gustan las plataformas, la comida exótica, los Blogs y sus comentarios y sus comentaristas, y los restaurantes con paredes rojas.

Mañana se van a Córdoba, y luego a Mendoza. Cómo vamos a extrañarlos…

martes, enero 31, 2006

2. De L y G a J.T.

Allá nos encontramos con una compañera de secundario de E –La encantadora L– que estaba vacacionando con su reciente shico. Resulta que a él yo lo conocía de algunas cursadas. Cuando lo mencioné me contestó que sí, que una vez lo traté muy pero muy mal en un seminario. Como no me acordaba, negué. No, no, no, te estás confundiendo. Pero me dijo hasta lo que tenía puesto; ergo, era imposible librarse de la acusación. Y sí, en general soy bastante mala onda. En mi defensa diré que muchas otras veces soy mal comprendida. Queriendo ser simpática me acusan de agresiva, o si estoy concentrada, pongo mi cara seria y transmito la peor de las impresiones, como si estuviera escuchando una pobre exposición o un estúpido comentario. Y nada que ver. En fin, sépanlo. Igual, sí, soy peleadora, y no reniego.

Pasado el primer momento de incomodidad, los cuatro nos llevamos muy bien. Durante una cena, el mushasho me habló de una cátedra, de un grupo de investigación, de un subsidio y demases, y así llegamos a un pretendido efant terrible que ahora hace furor en este medio [blogger]. Me refiero al gourmet taquillero, ése que tanto gusta de los rinocerontes. El divino de Obelix no, él se deleita con jabalíes, que es muy distinto. No comprendo por qué tanta halaraca con ese tirapiedras. La verdad es que a mí la pretensión de rebeldía no me hace la más mínima gracia. El escándalo tiene que darse al natu, si no, no da. Es como estar tres horas delante del espejo acomodándose los rulos con gel efecto despeinado. Y ahora que lo pienso, algo de esto había: años atrás, el equis en cuestión era fácil de identificar por lo sigueinte: conservaba de su pasado pelo largo sólo un mechón, que le recorría gran parte de la espalda. Usaba el resto de su cabellera prolijamente corta. Con TT le decíamos el rabo de gato.

Capítulos atrasados


1. Mar del Sur

Después de unos cuantos kilómetros de polvorienta ruta de tierra, en plena oscuridad, con unas estrellas increibilísimas, la decepción. Equis. La costa argentina no es gran cosa, no. ¿Por qué lo recordaba tan lindo, tan poético? Quizás porque tenía 21 y me había enamorado por primera vez de verdad verdadera. (Antes me enamoraba pero para adentro, cual semisha. Lo de Lanata y etcéteras obviamente no cuenta.) Pero ahora soy mucho más fóbica. Me molestaba que haya una casa de videítos, aunque por supuesto que jugué mis buenas fichas al tetris; me molestaba que todo fuera tan kitch tan flores de plástico, estética patáda en el hígado.

La hostería, de mediocre pa’abajo y nuestro cuarto, un pañuelito de Barbie. El gran problema de reservar y señar desde Baires. Me digo: calladita, porque todo lo elegiste vos ¿eh?. Pero igual no me aguanto: pucheros y quejas, qué estúpida soy.

Los días, algunos mejores que otros, pero ninguno de esos que te morís por zambullirte. Un viento soverbio casi siempre, haciendo que la arena seca te latiguee todo el cuerpo. El agua, helada; el mar siempre encrespado, con bronca, y verde. Las playas en sí son interesantes. De rocas y no de arena. Si Jack fuera a la playa sin duda elegiría esas. Pero lo mejor son las grutas, las cuevas. Me iría a pasar tarde tras tarde adentro de cualquiera. Humedad, oquedad, soledad; yo debo haber sido tritón en otra vida. Tomar allí una pepus fue por lejos el hit de la escapada. Santos cartones lisérgicos, cómo flashee.

Durante la primer caminata me picó un bicho y como me rasqué literalmente a cuatro manos, me traje de souvenir una bruta infección. En Miramar me dieron corticoides pensando que era una reacción alérgica, lo que encubrió el proceso, que seguía su curso subrepticiamente. Ahora estoy con antibióticos y la pierna izquierda hipopotamizada.

martes, enero 24, 2006

Lo único que voy a decir

Guille, yo también te quiero tanto tanto tanto...

lunes, enero 16, 2006

Al día de la fecha


Hoy volví a la biblio y la jefa del sector había renunciado. Dicen que volvió a la nave nodriza.Me reecontré con la gente y of course, cómo me divertí. También me confirmaron un bienvenidísimo aumento de sueldo.

Hoy cumplo 31 y aunque nunca lo hubiera imaginado, estoy requetefeliz. Los amigos están llegando. Beberemos y demases mientras armo la valija: mañana me voy a la plasha with my sweet love.

En la fotich, los 30. No tengo quejas.

viernes, enero 13, 2006

El devenir de la Joven Promesa


Por qué me costará tanto hacer las cosas que me gusta tanto hacer. Me pregunto qué perfo me estoy haciendo a mí misma ¿La de la escritora looser? Si esto fuera una película, y yo fuera hippy, la peli sería Happiness y mi personaje, sin lugar a dudas, el de la maestrita.

jueves, enero 12, 2006

Miss Drama Queen

¿Qué? ¿Que mi Blog es un eterno lamento? ¿Una lágrima? La venganza será terrible.

La gente dice que tú y yo estamos locos, Lucas (o por qué quiero tanto a M)

M: ... entonces de pasada me traje del videoclub dos casets de Friends. Cuando llegué me tomé dos calmantes y a la cama.
E: ¿A qué hora?
M: A las seis.
E: Claro, a dormir llorando.
M: Sí, a las seis de la tarde.
E: Bueno, pero estás viendo todos los capítulos de Friends.
M: Sólo me falta la última temporada.
E: Excelente, ahora podemos hablar de experta a experta.

Más tarde:

M: ...entonces, cuando me agarra el ataque pienso en esa casa, en las cosas que le haría... (sic.) Cuando estoy más desesperada hago eso: me pongo a pensar en las porquerías que le sacaría a algunas casas... (sic.) Un loco, ¿no?.
E: No, yo hago lo mismo.
M: ¿En serio?
E: Sí... (sic.) ¡Es que hay casas a las que les sobran un montón de porquerías!
M: Sí, es imposible no pensar en eso.
E: Claro.


Y luego:

M: ¿Qué te pondría contenta?
E: Ir a un vivero.
M: Uhhh..., no hay ninguno cerca.
E: Y encima con la lluvia...
M: Si a vos te encanta la lluvia.
E: Sí, pero no da después llegar empapada y quedarme mojada hasta las mil y quinientas, muerta de frío.
M: No, pensemos en otra cosa.
E: ¿A vos qué te gustaría hacer si pudieras elegir alguna fantasía?
M: Me gustaría estar de viaje por Europa.
E: No, no vale.
M: ¿Por qué?
E: Valen solamente cosas en Capital Federal.
M: Bueno, entonces... Me gustaría que anduviera la tele y viéramos esos capítulos de Friends así te reís un poco. Eso, quisiera que te rieras.
E: Sí... No sé... (sic.) A veces no se puede. (Sic.) No me acuerdo cómo estaba el año pasado para esta época... ¿vos te acordás?
M: ¿Para esta época?... Eso es lo que te pasa: ¡tu cumpleaños!

Gracias, querida, me hizo infinitamente bien pasar la tarde contigo.

A quién le importa

Que alguien me lo pregunte, eh. Que alguien se atreva a preguntármelo.

¿Qué? ¿Que si me considero afirmativa?

Bastante.

Again

La humedad despeina, la melancolía despeina, los huracanes despeinan como locos.

Lo dicen muchos Blogs, y es verdad

Las uñas perfectamente pintadas de un color vibrante (sangre o muerte) sí que son un solaz para los ánimos maltrechos.

lunes, enero 09, 2006

Ha nacido un héroe


En el gimnasio trabaja un viejo insoportable, mezcla de vigilante, merodeador y hombre de seguridad. Como en el club no ocurren demasiados incidentes, tiene bastante poco que hacer y se la pasa dando vueltas por arriba y por abajo, con las manos en los bolsillos. La historia que más se repite es el robo de celulares (a Uli ya le faltaron dos) pero jamás se vio que el equis pudiera evitar nada. Se limita a poner su cara de qué barbaridad y listo. Básicamente, se dedica a empalagar a todo el mundo con su tema favorito: la inseguridad. Lo peor es que cuenta anécdotas no sólo inverosímiles sino también ridículas, como que se moría de calor y subió a un auto de un desconocido que le ofreció acercarlo a su casa; que después el conductor le pidió cambio de cien dólares y entonces él empezó a desconfiar. La calle está terrible.

Hace poco perdí los guantes y tuve la infeliz ocurrencia de preguntarle si no los había visto. A partir de ese momento se consideró con derecho a dirigirme la palabra a cada rato o a pararse a un metro de donde estoy entrenando y fastidiarme con cuestiones como: no dejes el bolso ahí, no podés tener prendido el teléfono acá. Una vez le contesté que necesitaba tenerlo siempre prendido por trabajo y se rió. Ah, ¿sí?, ¿y de qué trabajás?. Me contuve. Con la guasada en la lengua, preparada para disparar, se me ocurrió que sería más afectivo decirle algo que le tapara la boca. Soy periodista, contesté. Volvió a reírse. Muchos dicen eso. ¿Y dónde trabajás? Lo odié. A partir de ese día lo bauticé “que explote en mil pedazos”, apodo que Dieguito, otro de mis adorables entrenadores, reformuló como “el hombre bomba”.

Un par de semanas después veo que un asqueroso se dedicaba parsimoniosamente a pegar sus mocos en una de las máquinas mientras descansaba. Alternaba series de repeticiones con furiosas amasadas de nariz que terminaban cuando depositaba el cargamento en el aparato. Aguanto la transpiración pero eso, no. Me dieron ganas de vomitar y comencé a mirarlo fijo por el espejo pero nada, no se daba por aludido. Le dije a Diego, que se hizo el boludo. Diego no quiere problemas con nadie. Entonces pensé... ¡Esta es una tarea para Que Explote En Mil Pedazos!

Obviamente, le encantó la idea y la puso en práctica al instante. Amonestar es su fantasía. Con el pibe de los mocos, a quien todavía siguen gastando, me peleé encarnizadamente y ahora todo su grupete me detesta y me hacen la vida bastante imposible (me sacan las mancuernas que estoy usando, me esconden el agua) pero Que Explote me adora a la distancia. Me sonríe de lejos sin retarme ni molestarme. Todo por haberle dado un mínimo sentido a su relajada rutina de bostezos.

En la foto, mis ojeras de siempre y el guante perdido.

domingo, enero 08, 2006

Light



Decidí que no tengo ganas de seguir arrastrando mis miedos y mis absurdas culpas. Después de todo ¿cual es el fucking problema?. ¿Equivocarse? ¡Vamos! ¡A nadie se le cae ningún anillo por eso!. Pero tirando de semejante equipaje, avanzar se me hace demasiado cuesta arriba. Desde ahora en adelante pienso ir liviana por la vida.

viernes, enero 06, 2006

I remember

"Desde mi suprema impotencia, tenía firmemente dominadas las riendas de lo
imposible" César Aira, Cómo me hice monja.

Era chica. Ingenua, virgen e inmortal. Me la pasaba revoloteando por los pasillos de Puán con Jony y TT. Muchos de los profesores en los que había cifrado todas mis expectativas decidieron apostar a mí sus fichas, considerándome una joven promesa (pobres). Juro que no puedo reproducir aquí ni siquiera las iniciales de quien más me elogió prodigando sus “Brillante, señorita”s a diestra y siniestra. Siempre tenía para su alumna estrella una flor, que arrojaba con naturalidad para mi sorpresa y también para mi desvarío. De más está decir que no sólo yo me la creí.

Por aquel entonces J sufría por un forbbiden love que más tarde fue su esposa durante dos años. Así de imposible era. Pero entonces sufría horrores, con todo su malhumorado corazón de perro. Ese día tenía además una gripe infernal que le tomaba todo el pecho y lo obligaba a usar un pañuelo al cuello. Un enorme pañuelo de su difunto padre, viejo a propósito, como casi toda su ropa de loca juventud, comprada principalmente en la Quinta Avenida.

Esperábamos el subte. Le pedí que me cantara un tango para aprovechar el vestuario y la tristeza. Odeado, me miró fijo con la esquina del ojo y tosió. Y tosió y tosió y tosió. “Estás despechado”, le dije. Entonces, mientras se atragantaba por un nuevo acceso de su espasmódico catarro, vi cómo se le nublaba la vista y cómo, sin embargo, se le iluminaba la cara. Cuando se repuso repitió: “despechado”. “Con el corazón roto y el pecho destrozado por el amor y el resfrío. Siempre encontrás la palabra precisa, Evelyn; la palabra perfecta en todos los sentidos”.

Me reí. La verdad es que había sido una simple casualidad y se lo dije, pero no me creyó. Nunca quería creerme esas cosas. Insistía. Mucha gente insistía. De a poco me fueron convenciendo de que podía conseguir lo que quisiera porque tenía “el don de la palabra”. (Decimos: Salud, amigo Gorgias!). Y comenzaron a llamarme “teoricita” porque parece que siempre estaba elucubrando oscuras teorías acerca de las inquietudes más triviales. Tardé muchos años en darme cuenta de que, aunque se le acerque mucho, el lenguaje no hace la felicidad.

Mucho muchísimo

Extraño a Luciano y a Laurita.

martes, enero 03, 2006

Por qué detesto las fiestas

Decile no a la burocracia afectiva y a la dependencia emocional.