domingo, julio 30, 2006

In this world… (What it feels like for a girl)

Viernes. Último día del inventario. Por supuesto, con festejo: chocotorta, the cure, baile, fuegos artificiales, todo. Y después pizzería. Igual, no nos engañemos: estoy triste. Me ataca la angustia y me desasociego. Alguna gente, cuando se pone nerviosa fuma. Yo juego al tetris. Pero claro, como no es una forma de evadirse socialmente aceptada, Luciano se queja por mi falta de respeto. Para defenderme aprieto donde sé que le duele (dios mío, con lo que detesto que los demás hagan eso!). –Hablás desde el conservadurismo. ¿Quién sos? ¿Papá que no me deja ver la tele mientras cenamos porque hay que conversar en familia? ¡Qué dictatorial! –Me hago la progre, la cool– ¡Por favor, que cada uno haga lo que se de le dé la gana!!!

La cosa es que aunque me rebele y me ensemille, sigo siguiendo con ellos. La extiendo y la extiendo. Por quedarme loreando con Juan y con Laurita llego tarde al gimnasio y mi humor decae aún más. Durante la clase de Step no consigo sacarme de la cabeza los comentarios de Laurita. Qué inteligente es. Tan chiquita y en ciertos aspectos tan madura. Bailo desganadamente hasta que empieza a sonar Madonna, que me reanima un poco de inmediato. Subiendo y bajando me acuerdo de un post de &% sobre el gimnasio. La verdad es que me gusta como escribe &%. Me da bronca porque la detesto, ¡ay, cómo la detesto!, pero igual me gusta. Estoy radicalmente en contra de la mayor parte de las cosas que piensa. Sus elecciones me parecen un loco y ella una agrandada, una snob de las letras, una canchera mal. Pero tiene mi edad, y escribe bien, y además es linda, y algunas cosas de su blog me sacan de quicio pero en otras bien que me regodeo. Y es de letras y posteó algo sobre el gimnasio. El tema es que hace muchísimo tiempo estuve muy celosa de ella. Tenía equis arreglo comercial con mi primer marido y yo descubrí que a él le gustaba. La verdad es que realmente no podía decir nada porque la relación ya promediaba las diez de última y yo no estaba libre de pecado. A mi primer marido no se la hice nada fácil en ningún sentido, pero de todos modos lo quería mucho y por momentos me convencía de que seguía enamorada. Y además el orgullo, la autoestima. (Nunca se sabe qué es primero: si el hecho bochornoso de que los maridos miren a la que a una le parece la más patética, o si a una le parece patética por resentimiento anticipado, intuyendo que su propio marido la mira.)

La cuestión es que yo leo el blog de %& bastante seguido. Muchas veces me pregunté si a pesar de todo no podría ser su amiga. Porque de algún modo, y aunque me reviente confesarlo, me siento vinculada a su sensibilidad y a su forma de ejercer el cuerpo y el discurso. Al margen de lo que pudiera querer ella, (porque el caso real no importa), yo, ¿podría?. Lo que me interesa pensar es si resulta posible hacerse amigo de los enemigos. No digo impostar algo sino sentirlo de verdad: sentir cierta afinidad con alguien con quien se está radicalmente en desacuerdo, y compartir cosas con esa persona; enriquecerse con esa experiencia y desarrollar cierto afecto genuino hacia ella. Últimamente siento que en realidad uno no tiene la más mínima idea de por qué se conecta con la gente. Es fácil creer que es por esto o por aquello, fundamentar los lazos racionalmente, pero después esos motivos se desvanecen en el aire y la cercanía no. Quizás todo sea mucho más piel que lo que habitualmente estamos acostumbrados a aceptar. En última instancia, somos animales.

Me pregunto qué pensará Laurita al respecto y si %& le caería bien. Confío en su instinto. En cuanto al mío, tengo un criterio para desambiguar indecidibles: jamás confío en chicas que no tienen amigas mujeres ni en aquellas a las que no les gusta Madonna.

Ejercicio zodiacal teresa

Capri tiene cierto problemita con los finales. Como que no los acepta. No puede. “Alguna vez, tal vez/ me iré sin quedarme/ me iré/ como quién se va”. Y sí, I´m never ready to go. Así que si se termina la cinta scotch, equis enorme. Cuatro días de reflexiones después de la ceremonia. Preguntale a los ciclos, a las etapas que se cierran, a los saldos, a las cuentas pendientes, porque no vamos a desperdiciar la oportunidad para el minidrama. ¿Te ubicaste? Bueno, ahora que estás en tema imaginate qué sentirá capri en relación a la muerte.

Cae la ficha

Me pregunto si al fin y al cabo no seré yo la peleadora.

martes, julio 25, 2006

Aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado

El 1º de junio de 2005 entré a la Biblioteca. Cuando me llamaron para hacerme la entrevista di algunas vueltas antes de arreglar un horario. Era tan poca plata que casi no valía la pena. Me había ido hacía un par de meses de la oficina-osama con la idea de clausurar ciertas deudas intelectuales y estaba viviendo de unos ahorros que estiraba cual paradoja de Zenón. Finalmente dije que sí pensando que, como siempre, los horarios fijos me darían un empujón para organizarme. Y la plata, aunque fuera una miseria, ayudaba. Cuando acepté, la Biblioteca era un medio y no un fin.

Me presenté a la entrevista con una Dos días en la mochila. Temía estar embarazada. La posibilidad era remota pero de todas formas la tomé. Quedar no era una opción. Definitivamente no. Esa mañana discutí con E, que se fue dando un portazo. Volvió a los 5 minutos, me abrazó, se disculpó por la violenta retirada, intentó tranquilizarme y me llevó a la Biblioteca. En la puerta apagué el celular y no volví a prenderlo hasta muy tarde.

Atravesé la Plaza del Lector llorisqueando. Me sentía estúpida y confundida. El edificio es tan imponente como la institución que abriga. Ese día lo recorrí inmutable. Recuerdo algunas caras que esperaban como yo en la antesala. Creo que uno era Pablito Crocci ¿O era Lu? Y me parece que también estaba Maite. Se pusieron a hablar. Yo saqué una fotocopia y el discman. No tenía la más mínima gana de socializar y pensaba sostener esa misma actitud en la entrevista. Que me tomaran o no, me daba exactamente lo mismo. No iba a salir de pobre con ese trabajo ni era una oportunidad para acceder a ninguna otra cosa importante. Si cerraba los ojos veía con claridad el mapa de mis futuros planes y el modo en que iba a concretarlos. Lo que pasara conmigo me era por completo indiferente mientras no interfiriera con ellos. Jamás hablo de esas cosas, pero construyen en mi mente una cartografía bastante precisa que gobierna en silencio todos mis movimientos. Por supuesto que después sale todo de otra manera. La realidad es una sustancia resbalosa e imprevisible.

Por fin entré. Bety me cayó bien desde su primera sonrisa. Muy práctica ella. Conversamos un rato y me cambió el humor. Después Vincent me tomó prueba. Me dio un libro para que completara una serie de datos en pantalla. Lo sostuve un segundo dándome cuenta de lo que pretendía ser una trampa: decía en letras grandes “Samuel Beckett” como para que vaya a saber uno qué lamparita de 25 watts confundiera autor con título. “Lamentable”, pensé.

Los días de capacitación con Perla (“chicos, saquen todo, lo que no sale se pudre”) fueron una tortura. Me sentía infinitamente lejos de esos jóvenes emprendedores ansiosos por hacerse conocer. Aislada y autista. Ya en el segundo subsuelo, me ponía los auriculares y me simbiotizaba con la pc, pero cada vez que me los sacaba, escuchaba su eterna retahíla de estribillos: jorgepanesihistoriadelalenguapaolacortezroccapromoción
directacocktailconsarloenlaembajadateóricounembolearielysumundo gayponebuenasnotasestarsystemdepuan.
No sé cómo a Luciano le dieron ganas de acercarse. Nos hicimos amigos casi instantáneamente. A eso se plegó Laurita. Mucha complicidad de capri a capri. Y después, lentamente, fui cediendo; el café y los chistes diluían la hostilidad. ¿Por qué habré sostenido con tanta firmeza esa ridícula resistencia las primeras semanas? ¿Por qué pensar que no tenía nada en común con gente a la que habían elegido por los mismos motivos que a mí? Era evidente que había puntos de contacto. No sé, me cuestan los cambios.

Nelly, qué insoportable, me daba terror. Siempre hablando de su hija como un castigo. Igual, a pesar de su pánica presencia, fuimos ganando terreno: primero un brake de 5 minutos en grupos de a 5, después un recreo de 15 minutos todos juntos, (y ahora uno de media hora que se hacen 45). Mate y galletitas; los chicos, poker; algunos, cigarrillo; solcito en plaza o revistas de chimentos en el bar. Nos divertíamos. Se formaron unas cuantas parejas y nos aumentaron el incentivo.

Llegaron Sol y Lau Salas del turno tarde (y de Sociales). Por supuesto les hicimos la guerra. Esas chicas representan todo lo que rechazo, no voy a relacionarme con ellas nunca, no me lo pidas porque me voy a pelear. ¡Otra vez sopa, no aprendo más! Debo de ser una de las pocas personas que para muestra no le alcanza toda la botonería. Porque ahora las adoro a las dos. Sol es increíblemente pilas, intensamente dulce y como una topadora cuando identifica lo que quiere. Y LauLuna es de una deliciosa ingenuidad, tan franca que suele desarmarme con una sola palabra.

En el segundo subsuelo hay días malos y días peores, pero también hay días buenos, días increíbles, días lisérgicos, días de confesiones, días de mimos y días de fiesta. Porque, sí, claro, festejamos todo lo festejable: los cumples, las graduaciones, los objetivos alcanzados y las fechas memorables, sean patrias, institucionales o personales. Si alguien llega llorando se lo consuela; si cae con un problema, se le da una mano o al menos se lo convence de que la cosa no es tan grave. No sé, ver otras perspectivas siempre hace bien.

Uno que cambió radicalmente el punto de vista fue Juan Pablo, que pasó de burlarse de mí a quererme con locura. Y nos hicimos íntimas ¿porque quién tiene autoridad moral para criticarlo? Yo estoy muy lejos. Es más: me siento medularmente identificada con la secuencia guerra-fanatismo. Soy tan propensa a ese menú de dos pasos…

Algunos intimamos con Vincent, que es una suerte de jefe. Surgieron otros planes (la revista, las obras de teatro, la misión-salvataje) y fuimos acusados de mafiosos (¿?). Es posible que nuestros adversarios tengan algo de razón porque ahora nos vincula un proyecto denominado “Padrinazgo”, que él lidera. Circundado por una atmósfera de desaliento entrañable, el universo-vincent es tema aparte. Nosotros respiramos ese aire con naturalidad. De ahí deduzco que somos afines. Aunque no puedo explicarlo con un criterio claro y distinto, sé que la naturaleza de nuestra relación es de amor y es de espanto. De reojo nos miran los sarcasmos, pero nunca hubo nada de interés en esto. Lo que pasa es que no somos impermeables. La rutina nos hacía rodar mansamente por el declive de los meses, conocernos y compenetrarnos.

Mientras, la gente iba renunciando. Del primer turno se fueron Mati, Julieta, Rodrigo, Bárbara, Maite, Eloísa y Pablito. Nelly desapareció después de las vacaciones de verano y no volvimos a saber de ella. La reemplazó Casco. Pobre. Casco no puede concordar sujeto y predicado. Sin embargo, con la mañana bajo su mando, el inventario llegó a fin. Al día de la fecha registramos alrededor de 800.000 ejemplares que constituyen la colección regular. Faltan las publicaciones períodicas (hemeroteca), los textos antiguos (tesoro), las partituras, y demás fantasías sueltas (archivo). Hoy tuvimos reunión con los altos mandos y nos distribuyeron por diversos pisos y sectores. Nos preguntaron qué nos parecía todo el teje. Pienso lo mismo cada vez que me bajo del 41 en Las Heras y Agüero, y subo la escalinata de la plaza, y veo la fuente derramada por el parque y los gatos jugando alrededor. Tengo la camiseta tan hecha piel que no me la saco ni para dormir. Nunca nunca quisiera irme de la Biblioteca Nacional.









lunes, julio 24, 2006

Atenti

MD volvió a escribir.

miércoles, julio 12, 2006

La verdad

Chicos, el usuario anónimo no existe. En realidad son los padres.

jueves, julio 06, 2006

Cosas por las que la gente me desprecia

1. Haber trabajado feliz en un call center.
2. Militar por el costicismo.
3. Abandonar millones de veces la carrera, no terminarla jamás.
4. Haberme enamorado de Jorge Lanata.
5. Contar pésimamente chistes que no tienen gracia.
6. Tomar coca light caliente y sin gas.
7. Etc., etc., etc…

martes, julio 04, 2006

Pedazo de Sísifo

Fantasías a contrapelo. Insisto en ellas sabiendo que no, que no concuerdan con la realidad. Me emperro, qué testaruda. El lado bueno de la obstinación es la perseverancia: no aceptar más que síes como respuestas, insistir e insistir e insistir hasta lograrlo. El lado malo es ése mismo: no darte cuenta de que el mundo no va a modificarse sólo para coincidir con tus deseos. El problema es que ciertas lógicas me confunden. Por ejemplo: “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”. –Si la proposición es verdadera, entonces la inversa también deberá serlo–, pienso, y apilo fichas sobre el tablero. Una vez y otra más y otra más, como si la repetición engendrara el milagro. Pero no, craso error. Apostándole millones de veces a un número que no existe no se consigue nada. Nada más que otra decepción y la certeza de que ni siquiera se tiene derecho de estar triste, porque fue uno el que con su ceguera voluntaria se lo buscó.

domingo, julio 02, 2006

I'm back

Después de todo este tiempo oculta en el silencio vuelvo con una propuesta. Quiero invitarlos a un taller de lectura en el que vamos a leer un par de textos sobre la constitución de la subjetividad en relación con la animalidad, los derechos de los equis, el problema de la delimitación de géneros y especies, las proliferación de las diferencias, etc., etc., etc.

Empezamos el jueves 13 de julio, todavía no sé si cerca de la Facu o de la Biblio (lugar y hora a confirmar dependiendo de las preferencias de los que tengan ganas de venir). La idea es comenzar con el trabajito que publiqué en Modos de lo extraño, no por marilynitud sino porque me hicieron un par de críticas y estaría bueno discutirlas entre todos. Además, es un ensayo corto y me sirve para darle un marco al trabajo que tengo pensado para estos encuentros. El que no lo tenga y lo quiera, me lo pide y se lo mando por mail. Después seguiríamos con Lo abierto, de Agamben, mechando con algunos cuentos de Di Benedetto que se las traen.

El clima será relajado y pueden venir con quienes quieran (total después hago la gran GB y les digo que lo siento, que es un grupo cerrado pero que no se preocupen porque en extensión universitaria dan un curso parecido…) No, en serio, la invitación es abierta y me encantaría contar con muchos de ustedes; sé que tienen unas reflexiones increíbles sobre estos temas porque ya me volaron la cabeza en pasillos y cafés…

En fin: para los que tienen mucho por decir pero no encuentran incentivo en la academia, para los que aman a los chichos, para mis fans de siempre y también para los que no veían la hora de tener un espacio donde refut(e)arme se inician las lecturas animalizadas de los jueves.