Ella sabía organizarlo todo. Tenía ese don, pero siempre necesitaba ayudantes para ponerlo en práctica. Más allá de que el imperativo era su modo favorito, lo cierto es que las cosas resultaban de perlas cuando los demás la obedecían. Por eso se la pasaba profiriendo instrucciones. Traeme, llevame, hacé esto y aquello.
Nunca sospechó la magnitud de su increíble capacidad organizativa hasta cierto día en que no conseguía concentrarse para estudiar. Parecía que todos se confabulaban para molestarla: las bocinas de los autos, la gente que pasaba loreando por la vereda, los chicos que jugaban a la pelota en la casa de al lado y hasta Jean Luc con sus agudos ladridos. Un poco alterada gritó silencio, y en ese momento la Tierra dejó de girar para no hacer más ruido. Los autos frenaron, Jean Luc se acostó de inmediato, y hasta las moscas y los pajaritos detuvieron sus alas en mitad del vuelo y se cayeron al piso. Había nacido una nueva heroína: Maaaannnnndonaaaaaa.
En ese episodio inicial Mandona descubrió su superpoder, que precisamente consistía en dar órdenes. En el siguiente la vemos tomar conciencia del asunto y de ahí en adelante, protagonizar distintas aventuras montada con su traje con insignia. ¿Fulanito cumple años? Llega Mandona y te organiza la fiesta. ¿Te estás mudando? No desesperes, Mandona sistematiza el quilombo en dos minutos. ¿Te fuiste de vacaciones a dedo con un grupo de amigos? En cuanto ponés un pie en el camping advertís que Mandona ya repartió las tareas de la manera más justa y eficiente.
Esta equis no opera sola sino con Skorpius, su leal ayudante. Skorpius es un bombonazo y todas las féminas y todos los culturales se enamoran de su fuerza. Sin embargo, hay que aclarar que a veces tiene energía negra. Sirva el capítulo 423 de ejemplo. Ella le dice: ¡Bravo, S, salvamos a este país del tsunami!, y él responde: sí, pero en cualquier momento lo arrasa un terremoto.
En el último episodio se revela un dato fundamental: su archienemigo fue su costicismo en 1905. ¡Con razón tanta energía sexual en las contiendas!
En realidad, Mandona tiene muchos detractores que la hostigan, criticando tanto su método como sus objetivos. Y sí, es una figura cuestionable –para qué negarlo-, pero ¡quiéranla, chicos!, que hace lo que hace por el bien del mundo. Así que por favor no dejen de hacerle caso en lo que sea que les pida.
Nunca sospechó la magnitud de su increíble capacidad organizativa hasta cierto día en que no conseguía concentrarse para estudiar. Parecía que todos se confabulaban para molestarla: las bocinas de los autos, la gente que pasaba loreando por la vereda, los chicos que jugaban a la pelota en la casa de al lado y hasta Jean Luc con sus agudos ladridos. Un poco alterada gritó silencio, y en ese momento la Tierra dejó de girar para no hacer más ruido. Los autos frenaron, Jean Luc se acostó de inmediato, y hasta las moscas y los pajaritos detuvieron sus alas en mitad del vuelo y se cayeron al piso. Había nacido una nueva heroína: Maaaannnnndonaaaaaa.
En ese episodio inicial Mandona descubrió su superpoder, que precisamente consistía en dar órdenes. En el siguiente la vemos tomar conciencia del asunto y de ahí en adelante, protagonizar distintas aventuras montada con su traje con insignia. ¿Fulanito cumple años? Llega Mandona y te organiza la fiesta. ¿Te estás mudando? No desesperes, Mandona sistematiza el quilombo en dos minutos. ¿Te fuiste de vacaciones a dedo con un grupo de amigos? En cuanto ponés un pie en el camping advertís que Mandona ya repartió las tareas de la manera más justa y eficiente.
Esta equis no opera sola sino con Skorpius, su leal ayudante. Skorpius es un bombonazo y todas las féminas y todos los culturales se enamoran de su fuerza. Sin embargo, hay que aclarar que a veces tiene energía negra. Sirva el capítulo 423 de ejemplo. Ella le dice: ¡Bravo, S, salvamos a este país del tsunami!, y él responde: sí, pero en cualquier momento lo arrasa un terremoto.
En el último episodio se revela un dato fundamental: su archienemigo fue su costicismo en 1905. ¡Con razón tanta energía sexual en las contiendas!
En realidad, Mandona tiene muchos detractores que la hostigan, criticando tanto su método como sus objetivos. Y sí, es una figura cuestionable –para qué negarlo-, pero ¡quiéranla, chicos!, que hace lo que hace por el bien del mundo. Así que por favor no dejen de hacerle caso en lo que sea que les pida.
(* Cualquier similtd con la llamada realidad es pura coincidencia)
8 comentarios:
mandona! Me encanto...por que sera...?...quiero mas!jaja
Todos queremos más...
fdo: Walter O. Perazzo
Queridos fans de Super Mandona: odiado por no ser más que un segundón, y ni siquiera el costicista fundamental de la saga (ese otro de 1905), me mudé solo a una playa cerca de Morro de Sao Paulo. ¿Feliz? No, pero me desquito vendiendo daiquiris llenos de energía negra: dos tragos y hasta el más fuerte de los superheroes quiebra y se pasa vomitando el resto del soleado día en el único baño químico de la playa. Todos los días cuando me levanto pienso ¿tsunami o terremoto? Porque SM ya no viene a buscarme. Parece que su nuevo compañero, JL, es tan bueno como yo y se queja mucho menos. Ya tomarás un daiquri, querido Jean-Luc
Saludos y buen apetito
"Que alguien me convenza de lo contrario"
6 comentarios
Guiye dijo...
Seré un burro... pero qué son las Mónadas? No son monadas (de los monos), ni nómadas.
Me doy por vencido.
PS: Sigo esperando me contestes el mail de troquelhada. ASAP.
10:21 PM
El usuario anónimo dijo...
tampoco puertas...
2:23 PM
El usuario anónimo dijo...
pero sí cerraduras.
1:35 PM
Laurita dijo...
Pero seguro perdimos las llaves!!!
6:50 PM
Martín Ludwig dijo...
Pero si no tienen ni puertas ni ventanas, y se afirma mónadas es todo lo que hay, ¿qué razones tenemos para creer que, de hecho, hay mónadas; o, por lo menos, más que una mónada (y Dios, si se me ponen ortodoxos: el Gran Mónada concertista)?
Ergo, tienen ventanas. Y jardín con hamaca.
10:13 PM
Mariano Dorr dijo...
Leibniz lo hizo: "Las mónadas no tienen ventanas". Deleuze le dedicó un libro del que te hiciste fanática. Después de escribirlo, ¿qué hizo? Se tiró por una ventana...
Quiero saber de la infancia de Mandona. Dicen que recitaba "¿Qué hacer?" de Lenin, de memoria.
Bueno, justamente tengo una mudanza, y me gustaría que Mandona me ayude un poco. Ahora, si es cierto lo de su infancia leninista, sólo necesito que atemorice a mis jefes para que me den un aumento. Sólo eso. La sería que Mandona diga, con su grito pánico: "Que se haga la Revolución", y la Revolución se haga. Esa sería otra...
Si alguien sabe que mi infancia no fue leninista ése eres tú, queridísimo a.
A, por si no lo sospechabas, la formación de mandona fue, básicamente, stalinista.
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