Ariel interpreta mi post sobre el llanto como una propuesta. “Tal vez haga un intento –me dice-, y me dedique a ver el costado trágico de todo y me redima por todos estos años de sequía”.
Ese es mi discurso combate-maricones (¡salud, Juan Quintero!). Los maricones son los que no pueden dejar de comprometerse con los vasos medio vacíos, los que se aferran al sufrimiento, indiferentes a la belleza que también existe y nos rodea. Sin embargo, a pesar de esta diatriba antiderrotismo, sé que algunas veces lo trágico te asalta de pronto. Te agarra distraído, vulnerable, y te toma. Cuantas veces una noticia inesperada y triste o el espectáculo de la realidad más cruda te saca por completo de quicio. Lo trágico te ubica en otra parte, desde donde la perspectiva es muy distinta, y comenzás a ver dolor por todos lados. Como si te dieran la punta de un ovillo del que te resultara imposible no tirar, desenvolviendo de a poco todas las miserias de la vida en tu cabeza. Las verdaderas miserias, no las miserias medio pelo, como las mías, que son las de los cobardes. Subís al subte y te concentrás, una a una, en las caras de la gente sentada enfrente: él sufre, ella no es feliz, él no soporta su vida, ella sufre, ella está alienda, ella odeada, él sufre.
Probablemente esta visión trágica no sea más que el efecto de un tropiezo de la propia sensiblidad, que pega como la merca o el alcohol (quizás por eso los merqueros se ponen solemnes y los borrachos quiebran). Por lo general creo, quiero suponer, que se pueden hacer muchas cosas. Cosas lindas, cosas que generen felicidad, géiseres de energía blanca. Pero en ciertos casos, antes de arremangarme necesito putear, y un rato largo de llanto.
12 comentarios:
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En principio, gracias por esos eslóganes, serán tenidos en cuenta.
Para seguir: yo soy un resentido. No porque el mundo sea injusto conmigo (porque por ese lado debería sacar la cuenta de lo que yo le debo al mundo, quiero decir, a quienes me quieren y ayudan –y ahí, en cuanto empiezo a hacer memoria, me doy cuenta de todo lo que puede caer en el olvido–), sino porque es injusto con todos, y yo en la misma bolsa. Es así, en diagonal, como coincido con vos: a mí el resentimiento me solventa mi humor, me mantiene despierto, me inclina hacia el desprecio y la ternura, hacia mandar al ostracismo a los garcas y ser hospitalario con nosotros. Y del rifle, que se olviden.
Y gracias por este post, porque por ahí tenés razón en todo y la tuya sea una actitud más pertinente.
"Lo trágico te asalta de pronto"
Para mí es exacatamente así, un rapto, un arrebato. Yo lo llamo "andar endemoniada". Después vienen los exorcismos, que en mi caso son variados y pueden incluir la sesión de llanto de marras.
Por eso me gustaba tu "date vuelta llorando", como si a veces fuera necesario dejarse caer para amanecer al otro día un poco renovada.
Finalmente los demonios se deshidratan, se secan al sol.
Un besito (mchuik) para la pareja de bloggers nuevos habitué de mosquito-dragón.
ML: Homeless? Uli tiene un entrepiso deshabitado que te ofrecería con tanto gusto...
Confieso recién haber leído el post, bastante después de mi chivo. Como sabés por lo poco que charlamos el domingo, vengo de un día "trágico" y por tanto me veo interpelado por tu texto. Y de ahí que tenga ganas de hacer el siguiente comentario: más de una vez me calificaron como el tipo de persona que, según tu texto, debería hacer la gran Hemingway (con rifle y todo); pero si bien soy de los que todavía defienden a Ernest en muchas cosas, ciertamente no lo hago en eso. Sólo puedo decir que sí me parece que hay mucha mierda por ahí y que detesto cierta actitud (actitud que alguna vez bautizamos con el nombre de una galería de arte) que parece olvidarse de toda esa porquería que hay por ahí. En este sentido me uno a una afirmación que parece estar esbozada en el comment de Ariel: considero que la salida positiva en el enfrentamiento a ese lado de las cosas es y debe ser el humor. No por nada, creo, el mejor humor siempre es algo ácido.
Yo soy una maricona, al estilo Quintero, y casualmente este último tiempo estuve pensando mucho en el por qué. Endemoniada, atacada, rayada, totalmente vulnerable a la mierda ajena y sin poder comprender la propia. Yo también me automedico con curas de llanto, y hay veces que caigo en la sobredosis.
Supongo que es cuestión de equilibrio, como todo...
No olvidemos el famoso caso de escopeta...
Me encantó lo de un geiser de enrgía blanca: eso es He-Man, energía blanca y elongada.
Laufer... ¿y el entrepiso?
Es la tercera vez q entro y te juro q no puedo no puedo no puedo leer este post taaaan largo.
Voy a intentar q sea en la próxima.
Besotes!
Lau
No quiero compararme con Proust(no podría compararme ni con la mugre de abajo de sus uñas -si es que un ser tan elevado sufrió alguna ves de un mal tan mundano-) pero digamos que para La Recherche no estás, querida Luna...
Es cierto nena: me parece aburrido y poco productivo.
Yo estoy para protestar por esta maldita vida estudiantil!!!!!
Besoooo
LauSaLaS
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