Siendo las nueve de la noche me decido a reabrir este espacio destinado a la pavada total. Para todos ustedes, con amor. Qué se yo, lo extrañaba. Pero era de esas cosas cuya postergación tenía fecha de vencimiento. Como cuando decía "la relación con mi papá la voy a encarar recién cuando me reciba". En la lista también están el hijo y la novela, veremos para que cuando, veremos si en algún momento. Árboles he plantado unos cuantos y algunos incluso todavía sobreviven.
Se supone que volvía a escribir "mis cositas" acá cuando estuviera instalada en alguna oficina y con PC propia. (Qué chanta, no?) Instalada estoy pero en la Biblioteca las compus se comparten. Máquinas tenemos casi de sobra, pero no podemos conectarlas a la red. Te digo más: ni siquiera podemos enchufarlas porque parece que explota todo. Ya nos amenazaron los de informática; ya nos anoticiaron de que el nuevo cableado vendrá "pronto", que hay que esperar a que salga la licitación. Preguntale. Igual yo, muda. Porque a mí a la Biblioteca me une el amor y el espanto; algo así como una aberración en la que me siento profundamente reflejada. Tanto, que uno de los motivos por los que había dejado de escribir fue que en un punto este blog se había convertido en un diario de las cosas que pasaban en la BN, y me empezó a joder un poco.
Otra de las razones fue que empecé a autocensurarme bastante: que esto no lo pongo porque fulano qué va a pensar, que borro el último post porque me puede traer problemas. Ahora, no es que haya tomado la decisión de fluir al natu, sino que más bien fue ella la que me tomó a mí, como quien no quiere la cosa, sin bombos ni alharacas. Quizás fueron todas las sorpresas del año pasado y las de éste... Ni idea. La única certeza es el impulso repetido de volver. Así que aquí estamos.
Se supone que volvía a escribir "mis cositas" acá cuando estuviera instalada en alguna oficina y con PC propia. (Qué chanta, no?) Instalada estoy pero en la Biblioteca las compus se comparten. Máquinas tenemos casi de sobra, pero no podemos conectarlas a la red. Te digo más: ni siquiera podemos enchufarlas porque parece que explota todo. Ya nos amenazaron los de informática; ya nos anoticiaron de que el nuevo cableado vendrá "pronto", que hay que esperar a que salga la licitación. Preguntale. Igual yo, muda. Porque a mí a la Biblioteca me une el amor y el espanto; algo así como una aberración en la que me siento profundamente reflejada. Tanto, que uno de los motivos por los que había dejado de escribir fue que en un punto este blog se había convertido en un diario de las cosas que pasaban en la BN, y me empezó a joder un poco.
Otra de las razones fue que empecé a autocensurarme bastante: que esto no lo pongo porque fulano qué va a pensar, que borro el último post porque me puede traer problemas. Ahora, no es que haya tomado la decisión de fluir al natu, sino que más bien fue ella la que me tomó a mí, como quien no quiere la cosa, sin bombos ni alharacas. Quizás fueron todas las sorpresas del año pasado y las de éste... Ni idea. La única certeza es el impulso repetido de volver. Así que aquí estamos.