martes, julio 25, 2006

Aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado

El 1º de junio de 2005 entré a la Biblioteca. Cuando me llamaron para hacerme la entrevista di algunas vueltas antes de arreglar un horario. Era tan poca plata que casi no valía la pena. Me había ido hacía un par de meses de la oficina-osama con la idea de clausurar ciertas deudas intelectuales y estaba viviendo de unos ahorros que estiraba cual paradoja de Zenón. Finalmente dije que sí pensando que, como siempre, los horarios fijos me darían un empujón para organizarme. Y la plata, aunque fuera una miseria, ayudaba. Cuando acepté, la Biblioteca era un medio y no un fin.

Me presenté a la entrevista con una Dos días en la mochila. Temía estar embarazada. La posibilidad era remota pero de todas formas la tomé. Quedar no era una opción. Definitivamente no. Esa mañana discutí con E, que se fue dando un portazo. Volvió a los 5 minutos, me abrazó, se disculpó por la violenta retirada, intentó tranquilizarme y me llevó a la Biblioteca. En la puerta apagué el celular y no volví a prenderlo hasta muy tarde.

Atravesé la Plaza del Lector llorisqueando. Me sentía estúpida y confundida. El edificio es tan imponente como la institución que abriga. Ese día lo recorrí inmutable. Recuerdo algunas caras que esperaban como yo en la antesala. Creo que uno era Pablito Crocci ¿O era Lu? Y me parece que también estaba Maite. Se pusieron a hablar. Yo saqué una fotocopia y el discman. No tenía la más mínima gana de socializar y pensaba sostener esa misma actitud en la entrevista. Que me tomaran o no, me daba exactamente lo mismo. No iba a salir de pobre con ese trabajo ni era una oportunidad para acceder a ninguna otra cosa importante. Si cerraba los ojos veía con claridad el mapa de mis futuros planes y el modo en que iba a concretarlos. Lo que pasara conmigo me era por completo indiferente mientras no interfiriera con ellos. Jamás hablo de esas cosas, pero construyen en mi mente una cartografía bastante precisa que gobierna en silencio todos mis movimientos. Por supuesto que después sale todo de otra manera. La realidad es una sustancia resbalosa e imprevisible.

Por fin entré. Bety me cayó bien desde su primera sonrisa. Muy práctica ella. Conversamos un rato y me cambió el humor. Después Vincent me tomó prueba. Me dio un libro para que completara una serie de datos en pantalla. Lo sostuve un segundo dándome cuenta de lo que pretendía ser una trampa: decía en letras grandes “Samuel Beckett” como para que vaya a saber uno qué lamparita de 25 watts confundiera autor con título. “Lamentable”, pensé.

Los días de capacitación con Perla (“chicos, saquen todo, lo que no sale se pudre”) fueron una tortura. Me sentía infinitamente lejos de esos jóvenes emprendedores ansiosos por hacerse conocer. Aislada y autista. Ya en el segundo subsuelo, me ponía los auriculares y me simbiotizaba con la pc, pero cada vez que me los sacaba, escuchaba su eterna retahíla de estribillos: jorgepanesihistoriadelalenguapaolacortezroccapromoción
directacocktailconsarloenlaembajadateóricounembolearielysumundo gayponebuenasnotasestarsystemdepuan.
No sé cómo a Luciano le dieron ganas de acercarse. Nos hicimos amigos casi instantáneamente. A eso se plegó Laurita. Mucha complicidad de capri a capri. Y después, lentamente, fui cediendo; el café y los chistes diluían la hostilidad. ¿Por qué habré sostenido con tanta firmeza esa ridícula resistencia las primeras semanas? ¿Por qué pensar que no tenía nada en común con gente a la que habían elegido por los mismos motivos que a mí? Era evidente que había puntos de contacto. No sé, me cuestan los cambios.

Nelly, qué insoportable, me daba terror. Siempre hablando de su hija como un castigo. Igual, a pesar de su pánica presencia, fuimos ganando terreno: primero un brake de 5 minutos en grupos de a 5, después un recreo de 15 minutos todos juntos, (y ahora uno de media hora que se hacen 45). Mate y galletitas; los chicos, poker; algunos, cigarrillo; solcito en plaza o revistas de chimentos en el bar. Nos divertíamos. Se formaron unas cuantas parejas y nos aumentaron el incentivo.

Llegaron Sol y Lau Salas del turno tarde (y de Sociales). Por supuesto les hicimos la guerra. Esas chicas representan todo lo que rechazo, no voy a relacionarme con ellas nunca, no me lo pidas porque me voy a pelear. ¡Otra vez sopa, no aprendo más! Debo de ser una de las pocas personas que para muestra no le alcanza toda la botonería. Porque ahora las adoro a las dos. Sol es increíblemente pilas, intensamente dulce y como una topadora cuando identifica lo que quiere. Y LauLuna es de una deliciosa ingenuidad, tan franca que suele desarmarme con una sola palabra.

En el segundo subsuelo hay días malos y días peores, pero también hay días buenos, días increíbles, días lisérgicos, días de confesiones, días de mimos y días de fiesta. Porque, sí, claro, festejamos todo lo festejable: los cumples, las graduaciones, los objetivos alcanzados y las fechas memorables, sean patrias, institucionales o personales. Si alguien llega llorando se lo consuela; si cae con un problema, se le da una mano o al menos se lo convence de que la cosa no es tan grave. No sé, ver otras perspectivas siempre hace bien.

Uno que cambió radicalmente el punto de vista fue Juan Pablo, que pasó de burlarse de mí a quererme con locura. Y nos hicimos íntimas ¿porque quién tiene autoridad moral para criticarlo? Yo estoy muy lejos. Es más: me siento medularmente identificada con la secuencia guerra-fanatismo. Soy tan propensa a ese menú de dos pasos…

Algunos intimamos con Vincent, que es una suerte de jefe. Surgieron otros planes (la revista, las obras de teatro, la misión-salvataje) y fuimos acusados de mafiosos (¿?). Es posible que nuestros adversarios tengan algo de razón porque ahora nos vincula un proyecto denominado “Padrinazgo”, que él lidera. Circundado por una atmósfera de desaliento entrañable, el universo-vincent es tema aparte. Nosotros respiramos ese aire con naturalidad. De ahí deduzco que somos afines. Aunque no puedo explicarlo con un criterio claro y distinto, sé que la naturaleza de nuestra relación es de amor y es de espanto. De reojo nos miran los sarcasmos, pero nunca hubo nada de interés en esto. Lo que pasa es que no somos impermeables. La rutina nos hacía rodar mansamente por el declive de los meses, conocernos y compenetrarnos.

Mientras, la gente iba renunciando. Del primer turno se fueron Mati, Julieta, Rodrigo, Bárbara, Maite, Eloísa y Pablito. Nelly desapareció después de las vacaciones de verano y no volvimos a saber de ella. La reemplazó Casco. Pobre. Casco no puede concordar sujeto y predicado. Sin embargo, con la mañana bajo su mando, el inventario llegó a fin. Al día de la fecha registramos alrededor de 800.000 ejemplares que constituyen la colección regular. Faltan las publicaciones períodicas (hemeroteca), los textos antiguos (tesoro), las partituras, y demás fantasías sueltas (archivo). Hoy tuvimos reunión con los altos mandos y nos distribuyeron por diversos pisos y sectores. Nos preguntaron qué nos parecía todo el teje. Pienso lo mismo cada vez que me bajo del 41 en Las Heras y Agüero, y subo la escalinata de la plaza, y veo la fuente derramada por el parque y los gatos jugando alrededor. Tengo la camiseta tan hecha piel que no me la saco ni para dormir. Nunca nunca quisiera irme de la Biblioteca Nacional.









13 comentarios:

Usá Auriculares dijo...

Y yo lloro porq me voy!!!

Yo llegué al inventario como la última opción: "si esto no sale me suicido". Y fue mi consultorio psicológico durante todo el 2005 porq ese año me pegó duro y parejo. Me pasé a la mañana de un día para el otro, dejando mis supuestos amigos a la tarde, y sin explicarme nisiquiera porque habia pedido el cambio.
DiJe: dejará de ser un trabajo divertido a partir del 6 de julio.

Ese día se te dió por desfilar por todo el pasillo de atrás y yo pensé:"una loka q se hace la Marilyn". Esto es un quilombo!!!

Hoy te digo q estoy por volver a la psicóloga para ver como hago (entre otras cosas) para poder irme de ese subsuelo 2.
Lauri me dijo el otro día q nos ibamos a seguir juntando y yo me quedo agarrada a esa opción, aunq se q los horarios a la larga son difíciles de combinar.
Así q solo me resta decirte (a vos y a los raros de los letras, incluído Luciano) que hace un año q no paro de aprender de ustedes todos los días!, q los quiero mucho y q, en el fondo, me gusta q me vean como una mina sincera porq es así como quiero ser.

Besotes grandes!!!!
espero impacientísima las pics!!!

Ev dijo...

Luna:
No te vas, linda, lo vamos a solucionar! Y aquel desfile de cuando llegaste, era un dedíqueselo para ti...

Lu:
¿Eso es todo lo que tenés para decir? Rari.

Anónimo dijo...

emocionada...lagrimeando como loca...!!
Capri: comparto casi todas tus impresiones..los quiero muuuucho!!

Ev dijo...

Atenti:
El manuscrito es un facsimil de una carta de David Hume. Cllickéando en la foto y zoom mediante se aprecia su letra esbelta y su firma.

Anónimo dijo...

La Biblioteca marca un antes y un después en mi vida. Cuando yo empecé ahí lo hacía solamente por el dinero y por el curriculum(que es lo que mas me obsesiona) Entré allí con las infulas con las que entro a todos lados. “Nada voy a sacar de acá, todo lo que necesito es doctorarme en Europa” eso repetía el día que llegué a la puerta de la Escuela Nacional de Bibliotecarios esa mañana. La verdad que ahora creo que es distinto. No tengo la mirada estrávica como Viñas, siempre fui un enamorado del viejo mundo, siempre creí que nada podía hacer acá. Cuan equivocado... lo cierto es que ahora me siento un poco más presente en estas pampas. Me encuentro con un lugar en “La Nacional”, ciertamente me pasaron muchas cosas este tiempo, buenas, malas, mejores y peores. Me reí a carcajadas y lloré en silencio. Amé y odié con la intensidad desmedida con la que timoneo mi vida desde que nací. Lo cierto es que hay cosas que detesto de ese lugar: el bar del lector y esa comida horrenda, las mozas energía negra, ese perro moribundo, el gato tuerto, la fuente delirante, los viejos Psicoticos etc. Pero realmente me gusta ir todas las mañanas, llegar a ese lugar que ya nos hemos apropiado todos un poco. Detesto reconocer esto, porque es aceptar que me equivoqué, soy muy soberbio... pero mi vida por un momento dejo de navegar por el mar mediterráneo y se quedo en el Río de la Plata. Me llevo muchas cosas de esta experiencia que termina(al menos en el formato habitual desde hace un año) amigos increíbles y sensibles, horas de subte y colectivo, un proyecto de investigación que espero renueve sus aires y se reanude mas fuerte que nunca. Personas valiosas, aunque las diferencias nos distancien, vivencias familiares comunes, sensibilidades compartidas y encontradas. Horas cátedra de temas varios, toda una terminología, amantes, parejas, amores, favoritismos y broncas. Mejoras emocionales y llaves para encender el auto del destino, pilas recargables y pilas sulfatadas. Anécdotas, abrazos y cielos estrellados, noches graciosas y clases de francés, grupos de animales y salidas nocturnas, milanesas en la rosticería y ravioles aguados en el bar. Correcciones, monografías y artículos. Ponencias asistidas y presentaciones librescas. Blogs, mails, videos y fotos. Cumpleaños, cine y teatro. Alto Palermo y Paseo Alcorta, esporas, fiebres, hongos y Mundiales. Edad Media, Balzac, Guiraldes, Heidegger y Nietzsche. Latín, Griego, Alemán y Und.
Como verán muchas cosas surgieron de este camino, cosas que como suele ocurrir siempre, uno jamás piensa ni espera que vayan a acontecer. No se... otra vez me debo callar y contemplar lo que se ha creado, y no entender porque estoy ahí. Lo que si recuerdo como el día de hoy, como si estuviese ahí, es el momento en el que por casualidad pase por la cartelera del Depto. de Letras y leí el anuncio de la convocatoria del trabajo. Ese día es un eterno revivir, una vuelta siempre recordar. Hoy luego de un año de trabajo y de un nuevo proyecto en puerta, vuelvo a la cartelera de letras, quizá sea mi necesidad de recuperar ese momento en el que todo se alineó en mi vida y se hizo posible que haya pasado todo lo que ocurrió hasta hoy. En ese rito secreto(y ahora publico) agradezco al curso de la historia haberme elegido a mí entre todos, habernos elegido a nosotros entre tantos. Brindo por las nuevas esperanzas, brindo por esta vida que nos da y nos quita todo el tiempo. Brindo porque nunca puedo leer la jugada que el otro va a hacer, por la sorpresa que me/nos aguarda en cada esquina, como dice uno de los antiguos directores de la Biblioteca Nacional: “¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?” no lo sé, pero se lo agradezco infinitamente. Los amo.

Ev dijo...

chin chin

Anónimo dijo...

mucho me alegro por vos, que encontraste un trabajo estimulante. Desde hace años arrastro la certeza de que cualquier trabajo para el Estado es mejor que cualquier otro homólogo en el sector privado. La curiosidad y la envidia me carcomen un poco por dentro, pero me repongo y me brindo por vos y tus colegas.
respecto de tus primeras reacciones, me parecen lógicas. Es sabido que de cerca todos somos raros, así que cuando llegamos a un lugar algunos preferimos la distancia.

Ev dijo...

Me preocupa Charly... Cuántos años tendrá? Hoy estornudaba...

Usá Auriculares dijo...

Juan: Bienvenido al Río de la plata!!!!

A mi me pasó exactamente lo mismo q a vos en el invent... por eso voy a llorar de aca al 31/8.

Ahora eso si: no te metas con Charly!!!!!!!!!!!
jijijijijijijjijijiji

Besooo
(perdón Ev por usurparte el blog pa decirle al equis)

salgadoboza dijo...

Hermoso el manuscrito de Hume. Es de esperar que el original no se convierta de imprevisto en una jirafa. Aunque ya sabemos que lo manuscritos no suelen hacer tales cosas tan extrañas.

salgadoboza dijo...

Una pregunta: ¿puedo poner el manuscrito escéptico en mi blog para una próxima entrega?

Ev dijo...

Puede, con una condición: que me confiese cómo llegó hasta Mosquito-dragón.

salgadoboza dijo...

¿Conoce usted a los vándalos de el Mate Tuerto?
Por ahí va la respuesta. Pregúntele a ellos. Soy su invención.
Gracias por la imagen. Es hermosa: la imprimí y eyaculé sobre ella oyendo Sigur Rós. Ja.