Esta oficina tan hermosa no es mía. Es tan austeramente linda (dentro de lo que es la Biblioteca) que la gente hace un ohoh cuando entra. Se quedan medio pasmados ante su apacible y blanca austeridad mirando por la ventana enorme. (Lo mejor que te puede pasar si estás en un piso alto es que la ventana sea tan grande como la misma oficina) Yo les aclaro que no es mía para que no gasten envidia inutilmente. Pertenece al enemigo mayor, a quien se la hemos robado en los jardines de quilmes. La disfrutaremos por tiempo indefinido. Pensamos eso mientras escuchamos el ruido del viento contra el vidrio y vemos los pájaros luchar con persistencia para cruzar Las Heras. A la supuesta absoluta perfección de aquello mayor de lo cual nada puede ser pensado, le falta una nota si no existe. Le falta también otra si no te pertenece.
miércoles, septiembre 05, 2007
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5 comentarios:
Te encontré, si, hacía bastante tiempo que quería saber de ti. Y ahora algo ya sé.
Bicos e apertas.
Y un brindis por el mar, yo también lo veo cuando trabajo.
Chin chin pero... ¿dale que yo también te podía encontrar?
Ev: cuando me recupere de la pata rota vuelvo a la BnN y si tengo suerte vistare ese cubiculo tan lindo.
Supongo que en un par de semanas nomas...
aguante la semántica del propium!!!
linda oficina, aunque le falta el sillón roto de esteban tapizado de rojo (y pegado en la elevación)
besos, ev
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