jueves, octubre 06, 2005


Él prefiere cenar; yo, desayunar. A mí me gustan más los besos y a él, los abrazos.

Insiste en que las discusiones y las charlas serias hay que tenerlas en la mesa, y en que las películas hay que verlas sentado, como en la escuela. A mí en esa postura me da la sensación de que me desintegro o empieza a picarme todo el cuerpo como si me atacara una cuadrilla de hormigas. Para cualquiera de esas cuestiones me resulta preferible la cama.

Él puede pasar horas y horas en un bar leyendo. Yo a los veinte minutos no encuentro sosiego y huyo, aturdida.

A mí me puede el rosa; él lo detesta. Sostiene que los colores pastel son para secretarias. Le gusta en cambio el naranja, que yo sólo resisto para decoración de interiores.

Él tiene respuestas para todo y sabe qué decir en cada situación. Siempre encuentra las palabras que me hacen bien y los argumentos que me consuelan con la contundencia y con la solidez de los labios, quiero decir de los sabios. Yo, en cambio, ante el menor inconveniente me quedo muda, ya no sé qué decir, ni mucho menos cómo decirlo lindo.


No deja de acusarme de marilyn ni yo de reprocharle que es un skorpius de pura cepa.

Pero los dos somos insoportablemente melancólicos, elegimos a los tritones como mascotas, nos encantan los infinitos de Leibniz y las berenjenas, los poemas de Sylvia Plath y los días de lluvia; burlarnos el uno del otro y reírnos, y de nosotros mismos y reírnos más.

Hoy hace exactamente 8 meses, nos abrazamos por primera vez. El 5 de febrero de este año nos troquelamos juntos y no nos despegamos nunca más.

7 comentarios:

Mariano Dorr dijo...

Qué hermoso, chicos.

istu dijo...

No te olvidaste de algo amor???

istu dijo...

X, ni que yo hubiera hecho la listita, no?. No quise decir eso, E, vos sabrás entender
Es hermoso tu post. Me emociona que lo hayas escrito, son las 10:12 am del jueves y ya pasó un día más, y qué día, y me sigue emocionando.
Felices 8 x

Anónimo dijo...

una veaz me dijeron que el infinito es un ocho que se quedo dormido de tanto contar. por infinitos ochos mas, un beso transatlantico a los dos.

ocultoenelsilencio dijo...

Algunas noches me acurruco en la cornucopia
De tu oreja, a salvo del viento,
Y cuento estrellas rojas y estrellas color ciruela.
Sale el sol bajo el pilar de tu lengua.
Mis horas se desposan con la sombra.
Ya no escucho más el roce de la quilla
Contra las sordas piedras del embarcadero.

Sylvia.

db dijo...

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh...

hermoso


beautifull

Anónimo dijo...

lo banco a muerte con el naranja. Con las berenjas, los banco a los dos.